La gran colisión – parte 1
“Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.” Lucas 1:18
El ángel Gabriel trajo maravillosas noticias a Zacarías: a pesar de la esterilidad de Elisabet, su esposa, y la vejez de ambos (verso 7), ella dará a luz un hijo que tendrá un nombre nuevo y diferente: Juan (no Zacarías II). Además le advierte que “será grande delante de Dios” (verso 15) y por si fuera poco, desde ya le asigna una gran misión: “hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos” (verso 16). Zacarías era un líder espiritual; él y su esposa “andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor” (verso 6), y además él estaba viendo con sus propios ojos la gloria del ángel Gabriel. Sin embargo, su pregunta fue inesperada: “¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada” (verso 18). En otras palabras: “¿cómo es posible que algo así suceda? No es posible ni lógico, no hace sentido…ya somos viejos y estériles, demasiado tarde Señor.” Dos fuerzas opuestas colisionaron: por un lado, la Palabra de Dios, verdadera e irrefutable, y por otro, la mente de Zacarías, demasiado estrecha para concebir dicha verdad.
¿Qué clase de verdad cabe hoy en tu mente? ¿Está saturada con la costumbre y aquello que siempre se ha hecho? O tiene espacio para creer y crecer por cosas mayores… A veces sin percatarnos, limitamos la Verdad para que quepa en nuestra mente (así nace la religión) en vez de ensanchar nuestra fe para abarcarla. Pero, ¿podemos minimizar al gigantesco tren para que pase a través del túnel del parque infantil? No, ¡es necesario derribar el pequeño parque y construir un mayor riel! La gran colisión entre la Verdad y nuestra fe debe pulverizar nuestras fortalezas y paradigmas, en vez de intentar minimizar a Dios. ¿Sabes lo que hizo el ángel cuando oyó a Zacarías negándose a la Verdad? Protegerlo a él y a los demás de sus palabras de incredulidad:
“Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.” Lucas 1:20