No retrocedas
“Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.” Hebreos 10:38
¿Alguna vez has caminado por esos pisos transparentes en un edificio de gran altura? Sabes que hay un vidrio que te sujetará pero tus ojos te dicen que caerás al vacío. Y cuando das el primer paso, tus sentidos te gritan que te detengas. Algo similar sucede con la fe. Ella es solo para valientes. Implica avanzar en incertidumbre, aferrado a la Palabra aunque ante nuestros ojos no haga sentido. La fe es lo que diferencia al creyente del religioso. Éste último se esconde detrás de su moral y costumbres, obviando lo obvio: Tenemos un Dios que nos reta y que nos inspira a renovarnos y avanzar por más. ¿Qué fue lo que diferenció a David delante de Goliat? ¿Su moral y los días que visitó la sinagoga? ¡No! David cometió terribles errores, sin embargo Dios dice que tuvo un corazón como el de Él (Hechos 13:22). ¿Por qué? Porque tenía fe en Dios. Lo mismo diferenció a José de sus hermanos cuando estos lo vendieron; a Moisés del faraón cuando se marchó al desierto; a Abraham cuando abandonó lo conocido para seguir la promesa de ser padre siendo ya un anciano. Y a muchos otros… incluidos tú y yo.
Si realmente quieres heredar las promesas de Dios en la tierra, para tu vida, las de los tuyos, y para inspirar y restaurar a otros en medio de este mundo tan lesionado y enfermo, no debes retroceder. Dios no se agrada de los que retroceden. Aún recuerdo cuando mi hija Mariana, muy pequeñita y aprendiendo a nadar, se arrojó valientemente al agua con el objetivo de llegar hasta donde yo estaba, en el medio de la piscina. Me llené de gozo al ver que confiaba en sí misma, y en mí. Imagino que pensó: “Yo creo que puedo hacerlo; mi papá también. Y si no lo logro, él nunca me dejará ahogarme.” ¿Puedes pensar igual respecto a Dios? Claro que sí. Él quiere que te atrevas, que avances, que prosperes, que donde sea que te enfoques y te esfuerces, obtengas resultados. Dios no quiere que tus esfuerzos sean fallidos y vanos. Él quiere hijos apasionados, que vivan vidas de éxito, llenas de salud, de paz y de todo tipo de bendiciones. ¡Avanza!
“Y aconteció que cuando el filisteo [Goliat] se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo.” 1 Samuel 17:48