Sin tinieblas

“Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.” 1 Juan 1:5

Me impresiona sobremanera las cualidades negativas que algunas personas le asignan a Dios. He escuchado a creyentes afirmar que nuestro Padre les envió una enfermedad grave, una crisis económica, la ruptura de un matrimonio y aún la pérdida de un ser querido. Una vez oí a un amigo pastor decirle a su congregación que había estado muy mal porque no tomaba nunca descanso, por lo que Dios, cuando quería darle vacaciones, lo metía en cama enfermo. ¡Que buen asueto! La pregunta que me hago es ¿cómo Aquel que muere para darme sanidad, me va a enfermar? ¿Cómo puede maldecirme Aquel que se hizo maldito en un madero para que yo fuera bendecido? ¿Es sensato creer que El que se hizo pobre para que yo fuese enriquecido, me cause escasez? ¡Todavía me llegan emails afirmando que el Titanic se hundió porque su constructor dijo que ni Dios podría hundirlo! De modo que nuestro Padre Celestial, llamado el Salvador del Mundo y el Redentor, entre otros nombres, hizo morir a más de 1300 personas, unas ahogadas y otras por hipotermia, tan solo para callar al que hizo la afirmación y que entiendo ni siquiera iba en la nave. ¿Tiene sentido? Si Dios operara así, ni tú ni yo estaríamos acá…

Tendemos a humanizar a Dios simplemente porque no logramos comprender Su gigantesco amor y benignidad. Dios es bueno, siempre. Hay cosas que no podemos entender porque Sus pensamientos son mucho más altos que los nuestros, pero eso no cambia Su naturaleza. En esta cita Juan, uno de los discípulos más cercanos a Jesús nos aclara la verdad: Dios es luz y no hay tinieblas en Él. Santiago, por su parte, dice que todo bien perfecto viene del Padre y que Él no tiene ni sombra de variación. Dios no cambia. Es el mismo ayer, hoy y siempre. Murió por ti. Enfrentó una espantosa cruz para liberarte y liberarme, ¿cómo puedes pensar que ahora va a hacerte daño? Él está por ti. Jesús vino a deshacer las obras del diablo. Dejemos ya de exaltar al enemigo asignándole maldad a Aquel que te creó y te ama. Eso se llama blasfemia y es feo. Dios es bueno, siempre bueno, siempre fiel, nunca te ha dejado y nunca te dejará. ¡Estará contigo todos los días, hasta el fin del mundo!

“¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” Mateo 7:9-11