¿Cómo puede un Dios de amor enviar a alguien al infierno?
Jesús no envía a nadie al infierno. Él murió específicamente para reabrir el camino opuesto, el Cielo. Dios en Su amor infinito nos manda un Redentor, uno que pague todas nuestras deudas y cubra todos nuestros errores. Nos creó, nos dio la vida, nos dio Su Palabra, y le da Su Espíritu Santo a quien lo invita a morar en su corazón.
Si alguien rechaza ese sacrificio y se rebela contra las Escrituras, decidiendo ser su propio dios, el Señor respeta esa decisión. ¿Fue culpa de Noé que se ahogaran los que no quisieron entrar al Arca? Si escoges caminar a oscuras y te tropiezas, ¿culparás al que usó una lámpara?
Dios no envía a nadie al infierno. De hecho, dicen las Escrituras que su deseo es que nadie perezca. La buena noticia es que, si estás leyendo esto, aún estás a tiempo de cambiar de dirección. Él te llama: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20
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