Lecciones de Fe del Apóstol Pedro – P1

“Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.” Mateo 14:29
Llevaban varias horas remando frente a un viento que les era contrario, siguiendo las instrucciones de Jesús, quien los envió solos. Ya era entre las 3:00 y las 6:00am, la hora más oscura de la noche, cuando de repente se les aparece Jesús caminando sobre las aguas. Es algo tan inesperado que creen que es un fantasma, pero Pedro, inspirado de una manera extraña por el Espíritu Santo, y muy en línea con su personalidad impulsiva, le dice: “Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.” ¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Y si no era Él? Pedro no bromeaba. Jesús le dijo: “Ven” y Pedro “descendió de la barca”, pero hay solo una forma de bajarse de un pequeño bote sacudido por altas olas y fuertes vientos: ¡Saltando! Y meditando en todo esto, creo que hay 3 lecciones que podemos aprender de la fe de Pedro: Primero, la fe nos mueve a la acción. Es activa, atrevida, incluso ambiciosa, y se enfoca más en el resultado que en el riesgo. Pedro ve a Jesús y no les pregunta a sus compañeros que opinan. Busca en cambio imitar al Maestro y actuó. Imagino que pensó algo como: “¡Que increíble sería hacer eso!”
Segundo, la fe mueve a la obediencia, aunque hacerlo nos asuste. No puedo creer que Pedro no haya sentido al menos un poco de miedo (o mucho), pero estaba en un estado tal de convicción y certeza mental que saltó al agua esperando caer sobre algo sólido. Nota algo: Pedro confió en Jesús, y Jesús también confió en Pedro. Dios confía en ti y en mí, y quiere que nos atrevamos a ir por más, para bendecirnos más. Estoy seguro de que este coraje de Pedro agradó al Maestro, al punto de que cuando lo rescató porque se hundía, le dijo: “¿Por qué dudaste?” Jesús quería ver a Pedro corriendo sobre las olas. Y algo más, Pedro confió en sí mismo. Dios quiere que confiemos en nosotros. Y tercero: lo más maravilloso de tener fe y obedecer su Palabra es que el milagro, el resultado de atrevernos siempre será superior a lo previsto. A pesar de que conocemos la historia y que Pedro, cuando vio los vientos, se asustó, observamos también que Jesús lo rescató inmediatamente. Imagino que Jesús llevó a Pedro de la mano y … “cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.” Fueron tan grandes los tres milagros (Jesús caminando sobre el agua, Pedro haciendo lo mismo, y luego el viento calmarse al ellos subir) que:
“Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.” Mateo 14:33
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