Ni Frío ni Tibio

“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!” Apocalipsis 3:15

El Espíritu de Jesús se dirige a la iglesia de Laodicea a través del apóstol Juan, quien al final del verso manifiesta un punto de vista impactante, algo como: preferiría que no creyeras en mi a que creas a medias. Por eso dice “ojalá fueses frío o caliente”, revelándonos que a Dios no le gustan las medias tintas. Por eso Jesús afirma categóricamente en su Evangelio: “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.” Mateo 12:30. Pero ¿qué es un creyente tibio? Un creyente tibio es una persona que conoce la verdad, pero no la practica. Es una eterna ovejita que cree en Dios, pero nunca se vuelve discípulo. El escritor a los Hebreos lo resume en un verso: “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.” Hebreos 5:12. Son creyentes que han creído por mucho tiempo, tanto que ya deberían ser maestros, pero que sin embargo necesitan volver a los rudimentos, es decir a lo básico, a las doctrinas esenciales, siguen bebiendo leche por no poder digerir alimento sólido.

Pero Dios nos llama a ser discípulos, no a ser ovejas. Él nos invita no solo a ser salvos sino a convertirnos a Él, a cambiar nuestra forma de pensar, a madurar. El cristiano caliente perdona, lleva sus asuntos con sabiduría e integridad, antepone la Palabra de Dios a su voluntad, y la obedece. Para algunos eso es fanatismo, pero es lo mínimo que Dios demanda. Ahora bien, no me malentiendas, la salvación es por pura gracia a través de nuestra fe en Jesucristo, el Cordero inmolado. Nadie puede entrar al cielo por sus propias virtudes, nadie. Pero una vez eres salvo, debes buscar a diario a Dios, leer su Palabra, orar, alabarlo, y obedecerle. Tu vida debe ser renovada a diario. No puedes quedarte tibio, con el mismo mal humor de hace 20 años, con el mismo resentimiento contra tus padres que ya fallecieron, con el mismo lenguaje agresivo y tus ojos distraídos con lo mismo. Dios no quiere seguidores tibios, indecisos, dubitativos. De hecho, estos no serán parte de su cuerpo que es la iglesia, porque serán vomitados de su boca. Permanece en Dios y en su Palabra, persevera y serás verdaderamente su discípulo. De eso se trata todo…

“Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Juan 8:31b-32

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