Estando con Jesús

“Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.” Hechos 4:13

Luego de que Pedro y Juan hablaron delante del pueblo y unos cinco mil varones más sus familias se habían convertido, los fariseos y saduceos con la guardia del templo vinieron a intentar detener aquello. Recordemos que ambas sectas del judaísmo (fariseos y saduceos) estaban conformadas por hombres estudiosos, profundos conocedores de la Palabra, y celosos de su herencia y nación, de modo que no estaban especialmente atraídos por los gentiles, es decir por los no judíos. Sin embargo, este verso revela algo fascinante y que personalmente me motiva mucho a seguir creyendo. Los eruditos y doctos religiosos sabían que Pedro y sus compañeros eran pescadores, personas sencillas, sin educación ni preparación alguna. Sin embargo, estos hombres influyentes veían algo más profundo y poderoso que su educación, ellos “reconocían que habían estado con Jesús.” ¿Quieres tener una vida con propósito, ser influyente y traer el Reino de los cielos a la tierra? Nada malo con que estudies y te prepares, con que desarrolles tus habilidades y talentos para usarlos para el bien de la humanidad, pero lo esencial no es eso, lo esencial es “estar con Jesús.”

¿Tomas tiempo al día para adorar a Dios, para orar y para leer su Palabra? ¿Buscas a Jesús a diario como lo enseña la Biblia, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu corazón y todas tus fuerzas? Ahora bien, no estoy abogando porque dejes los estudios profesionales ni tus sueños personales, o que abandones tus sueños deportivos, artísticos, políticos, científicos, etc. Nada de eso. La Palabra nos enseña a desarrollar inteligencia y sabiduría, y que obtener conocimiento y ciencia es muy bueno y recomendable. Sin embargo, lo que hace una diferencia sobrenatural, lo que convierte a unos pescadores en pilares sobrenaturales de la iglesia de Cristo, en apóstoles, es algo de alguna manera más simple: Estar con Jesús. Por eso, después de estar con Jesús y ante las amenazas para que callaran, respondieron firmes:

“porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.” Hechos 4:20

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