Defiende Tu Territorio – P1

“Él entonces se paró en medio de aquel terreno y lo defendió, y mató a los filisteos; y Jehová dio una gran victoria.” 2 Samuel 23:12

La Palabra nos está hablando de Sama, uno de los valientes guerreros del rey David quien defendió a muerte un terreno. Si leemos solo este verso podemos concluir que debió ser un pedazo de tierra muy valioso, quizás con oro o bronce, una propiedad muy grande con ríos que permitirían la pesca, o quizás el panteón que resguardaba los huesos de sus ancestros estaba en él. Solo así se justificaría que un solo hombre se atreviera a pelear contra una tropa de soldados malvados y valientes como los filisteos. Aún más cuando se nos dice en el mismo párrafo que el pueblo huyó del enemigo asustado por lo que Sama se quedó solo. Pero no. No era un terreno gigantesco ni estaba lleno de piedras preciosas. Era “un pequeño terreno de lentejas.” No solo pequeño sino con un cultivo que, al igual que el frijol, se da en cualquier parte, aun en un frasco con papel húmedo si recuerdas tus años de primaria. Entonces la pregunta es, ¿qué hace que este hombre se pare en medio de ese terreno y decida arriesgar su vida contra un ejército fuerte y violento del cual el pueblo asustado huyó?

La respuesta es difícil y a la vez fácil de explicar. Difícil porque pareciera que Sama podía perder mucho más (su vida además de dejar a su mujer viuda y a sus hijos huérfanos), pero también fácil porque para Sama, este terreno representaba algo valioso, no solo su fruto sino su dignidad. Creo que Sama pensó: “Este pedazo de tierra será pequeño y poco valioso, pero es mío, de mi familia y de mi pueblo, y no permitiré que nadie nos lo quite.” Los filisteos habían sido sus enemigos por décadas, pero Sama se negó a huir. Ellos corrían por sus vidas, pero él se levantó por lo correcto. Sama tenía un estándar más alto que su propia vida. Esta fue una batalla por sus valores, una pelea necesaria para poder verse en el espejo con respeto por sí mismo. No por casualidad era uno de los “Valientes de David.” Seguro Sama pensó: Dios está conmigo, no actuaré cobardemente. Son muchos para mí solo, pero muy pocos si Dios está conmigo. ¿Qué hizo el Señor? Le dio “una gran victoria.”

“Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?” Lucas 16:11

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