Nuestro trabajo natural y el mundo espiritual…
“Yo el Predicador fui rey sobre Israel en Jerusalén.”Eclesiastés 1:12
Por muchos años tuve el paradigma de que servir a Dios implicaba un gran sacrificio: abandonar la carrera profesional, renunciar a toda potencial prosperidad financiera y además, apartarme un poco de mi familia. ¡Qué miedo! ¡Y todo por las exigencias del ministerio! Sin embargo vemos que Salomón predicaba y escribía a la vez que gobernaba y juzgaba. Podemos hacer más, mucho más, pero con frecuencia nos enfocamos tanto en la tarea que se nos olvida el propósito por el cual la ejecutamos. Salomón sabía que su esfuerzo tenía un fin mucho mayor que él mismo, y que su trabajo en el ámbito natural y el Reino espiritual están conectados. Cuando comprendes que cada esfuerzo es un pequeño ladrillo en la construcción del Reino de los Cielos, y que hay recompensa para aquellos que Le seguimos, entonces tu perspectiva cambia y cualquiera que sea el tipo y lugar de trabajo donde Dios te puso, se convierte en poderosa plataforma para iluminar.
Servir a Dios no es un sacrificio sino un placer, no es una tarea sino un privilegio, no es una renuncia, es una concesión, un gozo continuo. No se trata de llevar una nueva carga sino de soltarlas todas. Él no es una “cruz” sino diaria resurrección… No elijas la orfandad teniendo al mejor Padre, no ignores lo espiritual tras lo natural. Pon a Dios primero. Si te agota servir a Dios es porque lo estás haciendo según tus fuerzas, tratando de traer tu propia visión pero no se trata de nosotros sino de Él. Entrégale a Dios todo lo que haces, mantén todo bajo Su perspectiva, no dejes nada fuera de Su unción, de Su bendición, sin Su participación. Coloca en Sus manos lo que te apasiona, busca agradarlo en cada detalle, aún los insignificantes. Dale más espacio en tu día a día, esfuérzate por traer Su Reino a la tierra, y tendrás recompensa. Es imposible superar la generosidad de Dios, Él siempre te dará mucho más de lo que te pide…
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:33