Sin siquiera percatarme…

Pensé buscarte pero ya Tú me habías encontrado, y mientras Te preparaba cena me di cuenta que era yo el invitado…

Procuré acercarte a mi familia solo para descubrir que soy Tu hijo, y cuando les hablé de Ti a otros, tan solo los hice recordarte.

Me empeñé en agradarte solo para descubrir que yo ya era Tu deleite así que, al comienzo de nuestro idilio, ya teníamos una larga historia.

Es maravilloso entender que, desde mucho antes de que yo me tomara por primera vez de Tu mano, desde siempre y sin siquiera percatarme, Tú has sido el mejor de mis amigos…

“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.” 1 Juan 4:19

Los comentarios están cerrados.

A %d blogueros les gusta esto: