Un espíritu diferente – parte 2
“Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.” Números 14:24
Como Caleb tenía “otro espíritu” (de valor, de esfuerzo, de perseverancia, soñador) Dios dice que “lo meterá en la tierra donde entró” pero, ¿cómo es eso?, ¿cómo te pueden meter donde ya entraste? Moisés envió a estos doce espías a reconocer la tierra (verso 13:17). La palabra re-conocer significa identificar lo que ya conoces. Si bien Caleb nunca había estado antes en esas tierras, él tenía una promesa y la había meditado, imaginado, soñado y luego, una vez que la vio, tuvo el valor para reclamarla, ¿cómo? Caleb “decidió ir en pos de Dios” y no en pos de si mismo, ni de sus limitaciones ni capacidades.
Parece que los otros diez príncipes habían escuchado el qué de la promesa pero no el cómo, mientras solo Josué y Caleb habían escuchado bien. Dios les había prometido y jurado una tierra que manaba leche y miel (Éxodo 3:8, Levítico 20:24, Deuteronomio 11:9) pero Él nunca dijo que no hubiese adversarios: “…cuando Jehová te hubiere metido en la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del heveo y del jebuseo, la cual juró a tus padres que te daría, tierra que destila leche y miel,…” (Éxodo 13:4). Dios te ha prometido y jurado bendiciones pero tú tienes que entrar en la tierra avanzando en pos de Dios. Tienes que reconocer tu sueño y dejar que Él sea quien te meta, solo así podrás vencer todos tus gigantes. A veces queremos esa promoción, ese ministerio, esa pareja, esa casa y, al momento de dar el primer paso, nos asustamos, no entramos. Otras veces, a la primera dificultad, decimos: “esto no es de Dios” pero acá vemos que mientras mayor el sueño, mayor la oposición. Por lo tanto: 1) “Ve en pos de Dios” (sueña), 2) reconoce la tierra (asegúrate que es Su voluntad para ti) y 3) entra, dejándole espacio a Él para que sea Él quien te meta. Tú puedes avanzar pero necesitas tener ese espíritu de Caleb, de Josué, de Jesús; si no te perderás hasta aquello que Dios te juró:
“Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun.” Números 14:30