Miedo vs. Obediencia
“Mas Jehová Dios llamó al hombre [Adán], y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el uerto, y tuve miedo, porque estana desnudo; y me escondí.» Génesis 3:9-10
Adán no había conocido el miedo. Él les dio nombre a todos los animales sin temor ni siquiera de las fieras, porque el mal no habitaba en el Jardín, hasta que dudaron de Dios. La serpiente le dijo a Eva: “no moriréis sino que sabe Dios…” y en ese instante entró la duda con las palabras: “sabe Dios,” haciéndola reflexionar sobre la posibilidad de que Dios le estuviera negando algo bueno, por miedo a que ella fuese igual a Él, “conociendo el bien y el mal.” Por eso el árbol le pareció “codiciable para alcanzar la sabiduría.” Nunca he visto un árbol así. La duda sembrada en ella por Satanás le hizo creer que era para mal lo que era para su bien, que la estaba limitando aquello que en verdad la protegía, ¿te suena familiar? Le atribuimos maldad a Aquel que es bueno, desconfiamos de Sus instrucciones, y el pecado entra directamente hasta nuestra alma, y con el pecado el miedo, y nos sentimos desnudos (sin protección).
Muchos creyentes le atribuyen la enfermedad, un fracaso matrimonial y hasta la quiebra financiera a la voluntad de Dios, mientras otros llegan a considerar que la persona con quien adulteran o el dinero mal habido, les fueron enviados por Dios. ¡Qué gran pecado de ignorancia! No pongas en entredicho las instrucciones de Dios, obedécelas. Cuando dudas de ellas, dudas de Dios, de Su amor, sabiduría y poder para obrar en tu vida. No lo limites solo porque no lo entiendes, obedece sin rebelión y verás que todo es por tu bien. Cuando Dios vio lo que pasaba, les preguntó al hombre y la mujer, pero a la serpiente solo la castigó. Haz lo mismo, escucha al Espíritu Santo y no dejes hablar a esa vieja serpiente que ya tanto te ha engañado.
“Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.” Samuel 15:23