Más que todos…

Dijo Jesús: » Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar» Mateo 12:41

Muchas siglos antes de la primera venida de Jesucristo, Nínive era una ciudad completamente corrupta pero sus habitantes, al escuchar las profecías de Jonás advirtiéndoles su pronta destrucción debido a su perversión, se arrepintieron de su maldad y fueron librados del castigo (Jonás 3:4-10). Luego Jesús agrega: “La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar” (Verso 42). Jesús nos está advirtiendo como otras generaciones frente a hombres como Jonás y Salomón, cambiaron su vida pero nosotros, frente al Hijo de Dios, no lo hacemos sino que lo ofendemos, ignorando las advertencias de Aquel quien es “más que Jonás” y “más que Salomón.” ¡Qué corazones endurecidos!

Y ¿qué tal tu corazón? ¿Quién es Jesucristo realmente para ti? ¿Una costumbre, una tradición, pura religión vacía que te da una esperanza borrosa? ¿Te has arrepentido (cambiado de rumbo) delante de Él como lo hicieron los habitantes de Nínive delante de Jonás, quien era mucho menor? ¿Irías como la Reina de Saba hasta los confines de la Tierra para escuchar a Aquel que es mayor que Salomón o ni siquiera te molestas en ir una hora a la semana a Iglesia o al grupo en casa para buscarlo y aprender de Él? ¿Qué fue lo que te hizo perder el rumbo de tu vida y aún te hace creer que avanzas en el camino correcto? ¿Tu propia opinión, tu profundo conocimiento o tu orgullo? ¿Qué le vas a dejar a tus hijos, solamente dinero? ¿Algunos principios morales como no robar ni matar? ¿Crees que tu propia moral te va a sacar de donde vives y te va a llevar al Cielo donde reina Aquel que es Santo? ¿Crees que puedes ignorar y deshonrar al Creador de los Cielos y de la Tierra sin consecuencias para ti ni los tuyos? ¿Cómo te has dejado engañar tantos años? ¿Caerá Dios en tu hipocresía?

“¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” Lucas 6:46

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