La fe en acción, el ejemplo de Pedro

“Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.” Mateo 14:28-29

No sé si alguna vez has tratado de bajarte de un pequeño bote amarrado a un muelle pero, a pesar de que está atado al muelle, la pequeña nave se balancea y uno se tambalea con las suaves olas. Ahora bien, los discípulos estaban en una barca “… en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario” (verso 24). Cuando el viento es contrario y fuerte, las olas levantan el bote que, una vez que la ola pasa, éste queda en el aire y cae sobre la superficie del agua, a veces desde varios metros de altura. Los discípulos estaban a oscuras (eran alrededor de las 4:00am), mar adentro, sintiendo las embestidas de las olas de modo que, aunque la palabra “descendiendo” suena como bajar por unas cómodas escaleras, yo creo que Pedro tuvo que dar un salto en la oscuridad, esperando por fe apoyarse y sentir suelo sólido donde solo veía la gris espuma que se perdía en las violentas aguas…

Algunos critican a Pedro porque “al ver el fuerte viento, tuvo miedo” (verso 30) pero yo creo que se requiere mucho valor para atreverse a saltar fuera de un bote en medio de una tormenta, en la noche y mar adentro… A pesar de lo corto de la experiencia, Pedro caminó algunos pasos sobre las aguas y experimentó algo completamente sobrenatural e inentendible, y estoy seguro de que eso fortaleció su fe. Imagino que muchas veces trajo ese recuerdo a su memoria. Al menos en las Escrituras, creo que solo Jesús y Pedro caminaron sobre las aguas, ¿será que tú y yo podemos mantener los ojos en Cristo aún cuando todo alrededor se estremece? El error de Pedro fue observar las olas en vez de al Señor. Debemos enfocarnos en Él, siempre, a toda costa. Jesús nos muestra en Su Palabra que no solo es posible para Él calmar las tormentas (Marcos 4:39) sino también avanzar tranquilo en medio de ellas. Diferentes manifestaciones de la misma fe, en el mismo Poder: Dios Omnipotente. Y ¿sabes algo? Él espera que hagamos lo mismo:

“El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.” Mateo 8:26

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