La fe en acción, el ejemplo de Abraham

“Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años, o la esterilidad de la matriz de Sara).” Romanos 4:19

Abraham tenía cerca de cien años y su esposa Sara era estéril. El cuerpo de este hombre estaba “ya como muerto” e imagino que el de ella no estaba mucho mejor. Prometerle a él que tendría una descendencia “como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar” (Génesis 22:17), era como decirle a un mendigo que se convertirá en un poderoso empresario o a un paralítico que será campeón olímpico de patinaje sobre hielo, ¡imposible! Pero con la fe todo es diferente porque “… al que cree todo le es posible.” (Marcos 9:23). La fe se mueve en el ámbito de lo sobrenatural, lo inentendible e inexplicable. Las leyes que rigen la fe son diferentes a las que rigen lo visible. Abraham tenía una promesa de parte de Dios y él sabía que tendría que ocurrir, que no podría morir sin que primero se cumpliese.

¿Te ha prometido Dios algo que parece completamente inalcanzable? No compares la situación con lo aparente, porque Dios no actúa de acuerdo a nuestro entendimiento, por eso se llama sobrenatural. No sea debilitada tu fe porque ves a tu hijo totalmente perdido en el camino del mal, porque tu matrimonio se desmorona, cuando tus recursos financieros desaparecen o cuando un reporte médico anuncia una muerte inminente. Tu situación es mejor que la de Abraham, su cuerpo estaba ya casi muerto y su circunstancia era totalmente insuperable, pero él confió, esperanza contra esperanza,  y “tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido” (versos 20-21). La historia de Abraham no es única, de hecho se escribió para que tú y yo creamos en ella (Romanos 15:4) y nos apropiemos de esa sanidad, de esa liberación, de esa restauración, exactamente del mismo modo que lo hizo Abraham. Mientras mayor sea el reto, sea mayor la fe; mientras mayor la dificultad, cree por más, cree por algo mejor, sueña, sueña, sueña y espera, porque Él hará:

“Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho.” Génesis 21:2

Los comentarios están cerrados.

A %d blogueros les gusta esto: