Es hora de madurar…en Él
“Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo;” Gálatas 4:1
De acuerdo con Pablo es posible que, aunque alguien gobierne (señoree) sobre mucho y sea el dueño de todo, pueda vivir como esclavo. (Creo que algunas celebridades de Hollywood son un buen ejemplo de vidas llenas de bendición y de miseria a la vez). Pero ¿cómo es eso posible? Por su inmadurez. Un niño no tiene la capacidad mental ni legal para tomar decisiones sobre su propia herencia… Y desafortunadamente muchos adultos creyentes tampoco…
La mayoría de los hijos de Dios viven muy por debajo de su total potencial. Ellos obtienen bendiciones dispersas en medio de mucha insatisfacción y frustración. Su carácter los limita porque no permiten que el Espíritu Santo los transforme, por lo que pasan meses y los años sin evolucionar, despilfarrando el poder, la vida eterna y la Gracia que Dios generosamente les provee, como si fuera cosa despreciable o de poco valor. Lamentablemente muchos se acostumbran a vivir así como aquella mujer que “andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar” (Lucas 13:11) quien, a pesar de su estado lamentable y de haber escuchado los testimonios de los milagros de Jesús, no le pidió al Maestro que la sanara cuando les fue a predicar en su propia sinagoga. O aquel paralítico que llevaba treinta y ocho años inmóvil quien, cuando Jesús le preguntó: “¿quieres ser sano?,” en vez de gritar un claro y contundente “¡Si, quiero caminar, quiero ser libre!,” comenzó a darle a Jesús todas las explicaciones por las cuales “su caso” no tenía solución y no podía ser curado (Juan 5:6-7). ¡Qué pérdida de tiempo y de vida teniendo enfrente de él a Aquel que es la Plenitud de la Deidad! (Colosenses 2:9). No te acostumbres a vivir encorvado, no dejes que tu mente se paralice, no dejes de crecer en Dios. Medita en Su Palabra, adora y ora a Dios, déjalo transformarte mediante la renovación de tu entendimiento (Romanos 12:2) para que obtengas madurez en Él y puedas disfrutar de todas las bendiciones de Sus coherederos como hijo, no como niño ni esclavo:
“Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.” Gálatas 4:7