Padres e Hijos – La Instrucción
“Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová.” 2 Samuel 2:12
Elí era el sumo sacerdote, el encargado de guiar espiritualmente al pueblo de Dios y de ministrar en Su Presencia. Solo él tenía acceso al lugar santísimo para interceder cada año por los pecados del pueblo. En otras palabras, Elí era la suprema autoridad espiritual en Israel y el representante divino; sin embargo sus dos hijos varones, Ofni y Finees, “eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová.” Esta situación trajo maldición y muerte sobre la casa de Elí (versos 27 al 36). Abraham, por su parte, nos da el ejemplo opuesto. Dios bendice a su descendencia diciendo acerca de él: “yo sé que [Abraham] mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.” (Génesis 18:19). En otras palabras, la razón principal por la que Abraham fue escogido como receptor de la promesa, es porque Dios sabía que Abraham haría su parte, instruyendo a su descendencia de modo que la bendición pasase de generación en generación.
No debemos asumir que nuestros hijos aprenderán bien solo porque actúan con madurez. Es imperativo y urgente que los instruyamos en lo importante. Si no lo hacemos, el mundo lo hará, y lo hará mal. Proverbios 19:26b afirma: “…corrigiendo al entendido, entenderá ciencia.” Si tú eres de esos que piensan: “dejemos que ellos mismo escojan su camino cuando crezcan,” te anticipo que van a escoger mal porque no han sido instruidos. Tú no le entregas el auto a tu hijo que no sabe manejar sino que te sientas a su lado y le enseñas paso a paso, en un ambiente controlado. Los hijos de Elí no tuvieron eso, y a pesar de ser los herederos del sumo sacerdote, no fueron instruidos en la bendición y responsabilidad que eso significa, y fracasaron muriendo en “edad viril” (2 Samuel 2:33, 4:11), y aún Elí también falleció por la misma causa (2 Samuel 4:18). La Biblia nos instruye sobre que y cuando hablarles la Palabra de Dios a nuestros hijos:
“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.” Deuteronomio 6:6-7