Lo que Dios quiere de ti

“Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.” Jeremías 29:12-13

Dios no está tan interesado en nuestras buenas acciones como en moldear nuestros corazones (Deuteronomio 4:29). Él no está tan preocupado con nuestra moral como con que llevemos Su ley escrita en nuestras almas (Deuteronomio 6:6). No le interesan nuestros rituales religiosos sino que quiere nuestra amistad. No quiere rezos repetitivos ni nuestra vana palabrería (Mateo 6:7) sino que Le escuchemos a Sus pies (Lucas 10:38). No está interesado en tus rituales sino en pasar tiempo contigo. Quiere una relación íntima contigo a través de Su Espíritu Santo, no una religión externa construida sobre tradiciones y festividades. Él no espera que cambiemos nuestra conducta para acercarnos a Él sino quiere que primero nos acerquemos, para entonces transformarnos. Dios quiere que sepas que Él es real y que está allí, junto a ti, vivo, poderoso. No está en objetos ni disciplinas: “¿por qué buscáis entre los muertos al que vive?” Lucas 24:5b

No hay nada que puedas hacer hoy para que Dios te ame, ya lo hace con todo Su poderoso corazón. No puedes ni tienes que hacer nada para lograr que te acepte, ya lo hizo a través de la Sangre de Jesucristo, por eso dijo: “… al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37). De hecho, tampoco hay nada que puedas hacer para que te rechace porque Dios te ama exactamente como eres ahora, sin importar tus circunstancias, tus errores ni si tú lo has rechazado a Él (Lucas 23:34). Ningún padre espera que su bebé se comporte apropiadamente para comenzar a amarlo sino que más bien procura a toda costa su atención y hace todo lo posible por sacarle una sonrisa, una mirada o un balbuceado “papá”  que solo él entiende. Tu amor ya estaba allí aún antes de que nacieran tus hijos, ¿por qué crees que nuestro Padre es diferente? Él te creó, Él se deleita en quien eres, en cómo eres. Él conoce tus debilidades pero también tu potencial; conoce tu pasado pero ya ha proyectado un futuro diferente y extraordinario para ti, junto a Él. Deja de tratar de merecerte Su amor; no es posible porque se trata de Su Gracia. Sácate toda la religión, preconcepciones y paradigmas. Lo que Dios quiere es tu atención, tu corazón, tu confianza, y eso solo se logra pasando tiempo juntos, a solas, en oración y comunión.

“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Mateo 6:6

 

Los comentarios están cerrados.

A %d blogueros les gusta esto: