Absolutamente Real
“Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida.” 1 Juan 1:1
Me encanta la manera de redactar de Juan, ver cómo se esfuerza por hacernos comprender que Jesucristo es real, que no es una religión, una tradición ni una costumbre, sino que está vivo y aunque es el Eterno («desde el principio»), Juan y los demás discípulos le habían oído con sus oídos, le habían visto con sus propios ojos, lo contemplaron y lo palparon con sus manos. Ellos lo abrazaron, lo vieron, compartieron con Él, escucharon Su voz y convivieron con Aquel Verbo de Vida. Sus discípulos le vieron convertir agua en el mejor de los vinos, alimentar multitudes con unos pocos panes y peces, devolver la vista, el oído y el habla a centenas de ciegos, sordos y mudos; limpiar y tersar la piel de tantos leprosos; enderezar a aquella mujer tan encorvada, levantar paralíticos, desatar a Maria Magdalena y a aquel hombre de Gadara en quien habitaban legiones de demonios, y regresar al ya maloliente Lázaro después de cuatro días en su tumba.
Luego de andar codo a codo con el Maestro sus vidas nunca más fueron iguales y aquellos hombres comunes, la mayoría pobres y sin educación, se transformaron en los fundadores de la Iglesia primitiva que aún hoy permanece y sigue creciendo. ¿Hizo esto la religión o la relación que tuvieron con Jesús? El Señor modelaba delante de ellos, día a día, lo que significa ser hijo del Altísimo, con todos sus deberes y responsabilidades pero también con la autoridad, derechos y beneficios. Nada ha cambiado. Jesus es el mismo aunque no podamos verlo ni palparlo. Y Él quiere más de ti. No solo que lo respetes y te vuelvas “solemne” al entrar a tu iglesia porque no se agrada de tu perfecta moral y conducta si tu corazón está lejos de Él. No anhela tus rituales frente a los símbolos que según tú, lo representan. Él te quiere a ti, completo, todo tu espíritu, toda tu alma y todo tu cuerpo, sin guardarte nada. Por eso te creó y luego te compró en una tormentosa cruz. Él busca a diario, minuto a minuto, paciente pero ardientemente, tu amistad y tu amor, tiempo a solas contigo. Ese Verbo de Vida se desespera por tu amor:
“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.” Marcos 12:30