Aprendiendo a entrar en Su Presencia
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Hebreos 4:16
Recientemente mi hijo Daniel de 6 años, sentado en el piso de su “dojang,” esperaba ser llamado por sus maestros para presentar la prueba por su cinta naranja en Tae Kwondo. Yo lo observaba un poquito nervioso a la verdad cuando, en medio de la algarabía de sus compañeros que gritaban y se empujaban, Daniel juntó sus manos, inclinó su rostro, cerró los ojos y oró breve pero profundamente. No sé que sentí, estaba orgulloso pero de Dios, de Su bendición; tenía un gozo profundo en mi alma porque eso lo aprendió de mí y espontáneamente me estaba imitando, acudiendo con una fe genuina y pura al trono de la Gracia, para hallar socorro en su Abba. De repente entendí que cuando imitamos a Jesús, quien a Su vez imita siempre al Padre, nuestros hijos naturales y espirituales nos imitan, y entramos a formar parte de esa cadena de bendición generacional que viene desde los mismos cielos, desde la eternidad y para la eternidad…
Ahora bien, si yo estaba así de feliz porque mi hijo oraba a Su Padre celestial, ¡imagínate cómo se habrá sentido el Señor! Después de todo, la oración era para Él. Con tan solo meditar en esto, ahora disfruto más de mi tiempo de oración porque imagino que el Padre siente algo parecido con nosotros. Dios se agrada de nosotros no porque seamos perfectos sino porque en nuestras pruebas, Le buscamos y tratamos de imitarlo. Y cuando todo va bien, después de superado el reto, le damos a Él la gloria. Él siempre tiene abundante misericordia y gracia para nosotros, Sus hijos. Jesús no está pendiente de nuestras imperfecciones sino de nuestras fortalezas; no se enfoca en nuestro pasado sino en nuestro potencial; Él no es un policía buscando capturarte “in fraganti,” Él se enorgullece de ti más que tú de tus hijos; eres un deleite para Él. Con tus defectos y temores, con tus fortalezas y debilidades, en tus recaídas y al levantarte. Es un Papá cercano, un confidente, ese Único compañero que te ama más que nadie en el universo así que, sé el mejor ejemplo para tus hijos y aprende de Jesús: imita al Padre…
“Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.” Juan 5:19
Si recuerdo bien, Benjamin es el que reprendia los «monstruos» cuando aparecían en la tele. Creo que una vez lo hizo cuando veían aquella viejísima serie de Perdidos en el Espacio. !Cuántas cosas van a hacer todos nuestros hijos en el Nombre de Jesús! Y todo eso gracias a Su Gracia y a que nosotros, sus padres y madres, atendimos el llamado de Su preciosa voz. Te bendigo Richard y a toda la familia. ?Todavía van a la San Martin todos los domingos después del servicio?
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Bella enseanza Eduardo, que EL SEOR te bendiga, te comento que mi hijo Benjamn, el ms pequeo, me hizo sentir tan orgulloso como te sentiste tu, porque cursando el primer grado, lo escogieron para representar a su colegio en la olimpiada de matemticas, y estando y listos para la prueba, yo estaba ms nervioso que l, y antes de entrar al saln repleto de escritorios y nios de todos los colegios dijo: TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE, y entr de lo ms tranquilo. Yo con los ojos llenos de lgrimas lo bendije y lo acompae a la puerta del saln. Unas horas ms tarde, cuando dieron los resultados, mi corazn y saba lo que el de Benjamn supo desde un principio, que con CRISTO siempre somos ms que VENCEDORES. Luego de darle la honra y la gloria al SEOR por ese primer lugar, me pidi un helado como premio. Que EL SEOR te bendiga, un fuerte abrazo, y muchas gracias por esa palabra de vida que siempre nos mandas. Richard. Date: Wed, 14 Nov 2012 05:36:01 +0000 To: rivall@hotmail.es
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