¿Fe o sentido común?
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” Salmos 19:1
Creer que Dios existe no es un acto de fe sino de sentido común. Donde existe una obra tuvo que haber existido antes un creador, trátese de una silla o de la torre Eiffel, un bote o el Canal de Panamá, una flecha o un misil. Por ejemplo, hay personas que opinan que las pirámides de Egipto fueron edificadas por extraterrestres y no por seres humanos. Independientemente de que te parezca o no acertada esta hipótesis, ¿qué pensarías si yo te dijera que las pirámides nacieron de la nada, por casualidad o accidente? Y cuando tú afirmas que es imposible que eso haya ocurrido debido a la sofisticada ingeniería, el tamaño y la suntuosidad de dichas construcciones, yo te dijera ¿pruébame que mi teoría es incorrecta? Probablemente pienses que estoy loco y que no vale la pena escucharme pero por alguna razón, cuando aquellos quienes dicen ser ateos hablan del mismo modo usando fraudulentamente el nombre de la ciencia, actuamos diferente, creyendo que las Escrituras se oponen a la ciencia. Lo más interesante es que la ciencia tampoco avala lo que ellos dicen…
Si no existe un Creador entonces la vida surgió de una manera que hace mucho tiempo los científicos llamaban generación espontánea, lo cual simplemente quería decir: “no tenemos idea de como surgió.” Pero no fue un religioso sino un científico, Luis Pasteur, quien deshizo contundentemente esa teoría. Es simple: lo muerto, lo inanimado no produce vida. Ella viene de algo superior. Si lo inanimado causara vida, entonces le cambiaríamos el corazón a un cadáver de alguien que murió de infarto, y volvería a vivir, como cuando le cambiamos la batería al auto. ¿Y qué diremos del universo? La ciencia afirma que hubo una gran explosión hace unos 13 billones de años, y de allí éste nació, pero la primera ley de la termodinámica (ciencia) afirma que “la energía no se crea ni se destruye sino tan solo se transforma” entonces, ¿qué fue lo que explotó? Yo creo que esa explosión si ocurrió… en el mismo instante en que el Creador pronunció: “hágase la luz.” Hoy en día muchísimos científicos, quizás la mayoría de ellos, creen en la existencia de un ser superior. El mismo Luis Pasteur dijo: “Un poco de ciencia aparta al hombre de Dios, pero mucha ciencia lo guía de regreso a Él.” No te dejes impresionar por aquellos que mal utilizan el nombre de la ciencia para justificar la pequeñez de sus mentes. La Biblia no se opone a la evolución sino, al igual que la ciencia, a la generación espontánea. El hecho de que la vida exista desde hace cientos de millones de años no desmiente a las Escrituras. Génesis dice que Dios creó el universo en 7 etapas que se traducen como días pero obviamente estos no eran de 24 horas porque ni siquiera existía el sol. Meditemos un poco: Si las bacterias nacieron de una combinación química y evolucionaron en formas de vida primitiva, y si los monos se convirtieron en humanos, ¿por qué aún tenemos bacterias y monos? Si algunos peces, a través de un proceso que duró millones de años, fueron desarrollando patas o alas, ¿por qué no existen fósiles con alitas pequeñas, otros con patitas medianas y así sucesivamente? ¿Con qué fin de supervivencia las flores desarrollaron todos sus múltiples colores y formas? ¿Por qué la gran mayoría de los animales tienen dos ojos, una nariz debajo y una boca? ¿No parece eso más un diseño que algo espontáneo? Creo que se necesita mucho más fe (e imaginación) para creer en algunas teorías que en Dios. Él está claramente visible, para aquel que quiere ver…
“porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” Romanos 1:19-20