Valor ante los retos

“Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.” Números 14:24

Dios acababa de sentenciar severamente: “todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz, no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá” (Versos 22-23). Pero Caleb si recibió lo prometido, de modo que aunque Sus promesas son para todos, se requiere algo más que solo esperarlas, es necesario hacer lo que Caleb: “Ir en pos de Él.” Debemos sacudirnos el temor y sustituirlo con un espíritu atrevido para avanzar y perseverar aún con miedo, siguiendo a Dios, avanzando en medio de la dificultad “en pos de Él.” Ahora bien, es interesante que Dios diga que “meterá a Caleb en la tierra donde entró.” Si ya entró, ¿por qué meterlo? Caleb, junto a Josué y otros diez príncipes, habían espiado la tierra prometida. Él y Josué trajeron un reporte de “subamos porque más podremos nosotros que nuestros enemigos” (Números 13:30) mientras los otros diez príncipes desalentaron al pueblo: “parecemos langostas comparados a nuestros enemigos” (Números 13:33). Creo que lo que Dios quiere decir es que como Caleb ya tenía mentalmente visualizada la tierra como suya, como algo posible, alcanzable a través de Él, Dios lo meterá en esa tierra a él, y a su descendencia. Nuestro valor bendice a nuestros hijos.

A veces en medio de los retos y vicisitudes de la vida me siento como uno de esos diez príncipes, desfalleciendo y peor aún, desanimando a otros. Entonces recuerdo que tres veces Dios instruye a Josué que se esfuerce y sea valiente (Josué 1). Si se lo ordenó tantas veces es porque quizás Josué tenía miedo. Después de todo se convirtió repentinamente en el sucesor de Moisés, para dirigir a una multitud de murmuradores y quejumbrosos, a la libertad. Sin embargo el miedo no lo detuvo; obedeció y alcanzó lo prometido. Yo creo que ese otro “otro espíritu” que tenían estos hombres era no solo de coraje sino de obediencia también. ¡Seamos valientes y creámosle a Dios!

“Y Josué les dijo: No temáis, ni os atemoricéis; sed fuertes y valientes, porque así hará Jehová a todos vuestros enemigos contra los cuales peleáis.” Josué 10:25

 

Los comentarios están cerrados.

A %d blogueros les gusta esto: