¿Que prefieres, dar o recibir? Parte 2

“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo,” Mateo 6:19-20a

La religión ha desvirtuado el significado de la vida eterna con un mensaje del tipo “sufre ahora para que vivas después,” centrando el Evangelio en nuestros sacrificios, moral y virtudes, y no en la Gracia de Jesucristo. Pero la Biblia no enseña que la felicidad postrera dependa del sufrimiento presente. Los planes de Dios para nosotros son de bien, no de mal (Jeremías 29:11). Él no es un Dios malvado que nos castiga por anticipado, ¿acaso no dio Su vida por nosotros milenios antes de que naciéramos? Ahora bien, la Biblia nos invita a morir a nosotros mismos, pero eso es diferente. No se refiere a sufrir voluntariamente sino a permitirle que Él viva en nosotros, por eso Pablo dice: “Ya no vivo yo sino Cristo vive en mi” (Gálatas 2:20) y Jesús: “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35b). Tú mueres a tu voluntad para que Él haga en ti la Suya, no para que sufras ni que seas una víctima. Cuando te entregas al Creador no pierdes, solo ganas: “eras muerto, y has revivido; te habías perdido, y eres hallado.” Lucas 15:32

Yo creo que lo que Jesús nos está diciendo es que no nos hagamos tesoros temporales, adquiriendo engaños materiales que nos hacen sentir felices por un poco de tiempo, centrados en lo que obtenemos y en lo que nos satisface solo a nosotros, sino que hagamos tesoros espirituales (en los Cielos), donde podamos dar a otros, bendecir al necesitado, consolar al afligido, animar al desalentado. Durante el siglo XVI, Nicolás Copérnico demostró que el sol no giraba alrededor de la tierra sino viceversa, de modo que todos sabemos que nuestro planeta azul no es el centro del universo sino una muy pequeña parte de él. Desafortunadamente hoy, a pesar de la tecnología y avances en todas las ciencias, muchos de nosotros aún no hemos entendido que la vida de los demás no orbita alrededor de la nuestra y que el universo no existe para servirnos sino que, por el contrario, fuimos creados para dar y darnos a nosotros mismos. La verdadera felicidad nace de hacer felices a otros, la compasión no es debilidad ni la humildad es inseguridad…

“¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia?” Isaías 55:2

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