Saciando tu alma

“Porque sacia al alma menesterosa, Y llena de bien al alma hambrienta.” Salmos 107:9

Tu alma es tu psique, todo aquello que los psicólogos estudian como tus pensamientos, tus emociones y sentimientos, y tu voluntad. Es el lugar donde estamos alegres o deprimidos, enamorados o solitarios; donde los sueños y ambiciones conviven con nuestros temores y frustraciones, y donde la música derrama su eco. Es también la conexión entre el espíritu (nuestra parte divina donde ponemos unirnos a Dios) y nuestro cuerpo físico, donde habitamos y nos movemos. Los tres están interconectados, los tres son importantes y es un grave error querer desarrollar uno en detrimento del otro. Es más agradable orar cuando estamos sanos que cuando enfermos, y tenemos más energía para ejercitar cuando estamos inspirados. No podemos usar la llanta del auto si no lo llenamos de aire (neuma, que significa tanto aire como espíritu, y de donde proviene la palabra neumático).

A lo largo de toda la Biblia podemos ver que “no solo de pan vivirá el hombre” (porque somos mucho más que un cuerpo) “sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4).  El aliento de Dios, el Verbo, Su Palabra, es la que da vida verdadera. El espíritu necesita adorar y exaltar a Dios a diario, y el alma necesita nutrirse con pensamientos de paz, de abundancia y sanidad a través del poder del Espíritu Santo. No sigas dejando cabalgar tu alma hacia donde ella quiere; debes nutrirla, fortalecerla y si, también disciplinarla, con la Palabra de Dios. Este Salmo está hablando sobre aquellos que se rebelaron contra Dios, y continúa diciendo que “su alma abominó todo alimento, Y llegaron hasta las puertas de la muerte” (verso 18).  ¿Por qué no dice su cuerpo? El alma no come carne ni vegetales. Claramente está hablando de que lo que los acercó a la muerte fue la falta de Palabra para sus almas, la consecuencia de rechazar a Dios. ¿Sabes que hicieron después? Ellos “…clamaron a Jehová en su angustia, y los libró de sus aflicciones” (Verso 19). Solo cuando quebrantaron su orgullo y rebelión fueron capaces de clamar a Dios y reconocer su hambre de Él. ¿Sabes que les dio el Señor? No fue maná ni carne de codornices sino Su Palabra:

“Envió su palabra, y los sanó, Y los libró de su ruina.” Salmos 107:20

1 comentario
  1. Rafael Valladares dijo:

    Que El Todopoderoso te bendiga y te guarde Eduardo y te llene de Su Santo Espiritu a ti y a Tu linda familia! un fuerte abrazo! Rafael

    ________________________________

    Me gusta

A %d blogueros les gusta esto: