¿Caridad o adoración?
Jesús les dijo: “Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.” Juan 12:8
María acababa de derramar un costoso perfume a los pies de Jesús, gastando aproximadamente el costo de un año de salario mínimo con el único fin de honrarlo y alabarlo, y a Él le agradó tanto que profetizó: “dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.” Mateo 26:13. Para Él no fue algo pequeño, y le agradó. Y como Su Palabra se cumple, aquí estoy yo contándote de ella dos mil años después. Judas, por su parte, con un corazón diferente al de María, se quejaba: “¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?” (Juan 12:4). Judas despreció la honra que María le daba al Mesías…
Para muchos la caridad es su religión. Conozco a personas extremadamente generosas, que no creen que Jesús existió, y que están más confiados en sus propias virtudes que en la gracia del Padre. Con una muy buena intención cometen un grave error. Aplican la lógica mental (los pobres necesitan el dinero) antes que la adoración espiritual (Él es el Rey y es digno de toda exaltación). Pero lo espiritual prevalece sobre lo natural. Me encanta el hecho de que María rompió el frasco de perfume. (Marcos 14:3). No se limitó a abrirlo para derramar unas gotitas en los pies del Señor, sino que lo quebró y lo vació todo. Seguramente muchos otros invitaron al Maestro a cenar y fueron amables con Él, pero solo de María dice el Señor que “se contará todo lo que ha hecho, para memoria de ella.” Jesús estaba complacido con María, y ella nos da acá toda una lección de como honrar a Dios con nuestros bienes, como usar los recursos de dinero y tiempo para Su gloria, y no solo para afanarnos haciendo lo que creemos es el bien. La caridad es una hermosa virtud y revela un corazón compasivo pero no salvará tu alma. No se trata de tus atributos sino de Su gracia. Ayudar al necesitado es bueno pero no sustituye tu relación con Dios, y si tienes una relación con Dios, entonces sabes quién es Él y por eso no puedes dejar de adorarlo::
“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.” Juan 4:23