Primero el amor…

“Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras;” Juan 14:23-24ª

 El matrimonio es una bendición pero exige sacrificios, y si no amas lo suficiente a tu pareja, no los harás, en detrimento de la relación. Los esposos pueden seguir juntos “hasta que la muerte los separe” pero quizás sin disfrutar de una intimidad verdadera ni un compañerismo genuino, por lo que necesitarán urgentemente ocuparse más de su pareja y menos de si mismos. Igual ocurre con nuestra relación con Dios. Si no lo amas sinceramente solo tendrás una tediosa religión, y Él será una carga en vez de una bendición. Por otro lado, todos queremos que nuestros hijos nos obedezcan y tengan principios morales pero, ¿es eso todo lo que esperamos de ellos? Yo quiero que mis hijos se comporten, se esfuercen, que sean disciplinados y que busquen siempre el bien, pero también quiero disfrutar con ellos, pasar tiempo en su compañía, viajar juntos, tomar sus manos pequeñas y guiarlos, jugar, besarlos, abrazarlos, protegerlos. Aunque me agrada que me obedezcan y los corrijo cuando lo considero necesario, no los amo porque me obedecen sino porque son míos, porque son maravillosos, porque Dios me los dio, porque nacieron de mi esposa y de mí. De eso se trata también la paternidad; y no somos mejores padres que Dios…

¿Quieres recibir más de Dios? No te preocupes tanto por tu moralidad y pasa más tiempo con Él; la santidad vendrá con la relación. ¿Quieres superar las dificultades que obstruyen tus pasos? No te preocupes tanto en batallar con tu fe, pasa más tiempo con Él y tu fe crecerá en la medida que conozcas Su grandeza y Su amor por ti. ¿Quieres ser transformado y dejar ese vicio o esa atadura que solo tύ conoces? Busca más de Su Presencia; las cadenas del enemigo se deshacen cuando Su poder desciende sobre ti. Si quieres recibir más de Dios debes pasar más tiempo con Él para que puedas conocerlo y amarlo más. Solo así entenderás Su amor y pasión por ti. Dios quiere darte más pero debes ser transformado para poder recibirlo… Mientras más le conozcas más le amarás:

«Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.” Marcos 12:30

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