Invisible a los que Lo deshonran

“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios,” Romanos 1:21-22

Muchos se autodenominan ateos porque según su opinión, no tienen evidencia palpable de que Dios exista, pero la palabra ateo simplemente significa “sin Dios.” Ellos creen negarlo pero lo que sucede es que no le tienen. Es como que alguien que nunca se ha enamorado, afirme que el amor no existe y se proclame “in-amorable.” Pero si alguien te dice que la música no existe ¿buscarías la explicación en las melodías o en los oídos de quien lo afirma? Pablo declara que ante nosotros está la evidencia de que Dios es real: “porque las cosas invisibles de Él, Su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (verso 20). Jesús, por su parte declara: “el que tenga oídos para oír, que oiga” (Mateo 11:15, 13:19), por lo que es posible que algunos “viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan…” (Marcos 4:12).

La Biblia expresa un secreto a viva voz: Dios “…atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos” (Salmos 138:6). El Espíritu Santo solo es atraído adonde se le cree y honra. Si alguien lo desprecia, Él no se acerca y la persona, al no poder percibirlo, cree tener la confirmación de su hipótesis y concluye que Dios no puede existir. Además nuestra naturaleza tiende a evaluar y juzgar lo desconocido en base a lo que conocemos. Por eso los fariseos no se percataron del Mesías: ellos esperaban un poderoso rey cabalgando según sus paradigmas, no a un humilde carpintero montando un pollino. Como el sapito que en su pequeño estanque decide negar la existencia del océano o el pez que piensa que el mundo externo es un video en el cristal de su pecera, los que niegan a Dios se engañan a si mismos, y “profesando ser sabios, se hacen necios.” El Dios invisible se revela a través de lo maravilloso de lo visible, pero solo los atentos ojos de los hijos lo pueden percibir:

“A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados.” Marcos 4:11-12

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