Fortaleza interior

“…para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;” Efesios 3:16

Cuando pensamos en un tesoro que provenga de Dios quizás imaginemos un baúl lleno de joyas, un trabajo facilísimo por el cual nos paguen muchísimo (trabajando solo un poco), o una relación amorosa “perfecta,” sin desacuerdo alguno sino con absoluta compatibilidad. Pero si lo piensas bien, cualquiera de estas cosas te debilitaría. Una vida demasiado fácil es cómoda pero atrofia. Donde no hay viento, los árboles son débiles y, en los lugares donde el invierno es intenso, se construyen mejores casas. Es obvio que el leopardo no desarrolló tanta fuerza paciendo en la hierba. Algo que los atletas y fisicoculturistas saben bien es que no puedes hacerte más fuerte si no te esfuerzas más. Nadie corre más rápido o salta más alto si no suda cada milésima de segundo, cada centímetro…

Algo similar sucede con el espíritu. Uno de los tesoros que Dios quiere darte conforme a sus riquezas en gloria es fuerza interior. El apóstol no está hablando de fuerza física ni mental ni tampoco de pretender ser perfectos. Lo que Él quiere es tu alma. Él quiere que florezcas y des fruto pero Dios no trabaja en tus ramas sino en tu raíz, adentro, en lo íntimo y, a veces, oscuro… Cuando lo invitas a entrar a tu vida, aunque parezcas el mismo, Él te transforma y te convierte en “nueva criatura” (2 Corintios 5:17). Él no maquillará tu rostro sino que limpiará tu corazón. Esta fuerza interior es el poder espiritual que nace dentro de ti y te guía cuando invitas al Todopoderoso a reinar en tu vida, a llenar tu carácter, a inundar tus emociones y tu mente. Pablo se refiere a mantener una fe persistente, fuerte, enfocada como un laser en Su Palabra y no distraída en los miedos de este mundo. Tú puedes tener gozo en medio del reto porque sabes que lo que vives es temporal y que la victoria ya es tuya porque Cristo la conquistó para ti, en la Cruz. Jesús quiere fortalecerte para que alcances mayores victorias. Es un Dios de retos, de avances y logros, y por eso necesita entrenarte para que los alcances. Solo cuando seas fortalecido en Él pondrá sobre ti el precioso barniz de Su unción. Solo cuando tu hombre interior le pertenezca, Él lo fortalecerá.

“El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” Isaías 40:29

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