La lealtad con tu pareja
“Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.” Malaquías 2:14
Dios le advierte al pueblo que Él no recibe sus ofrendas por varias razones, una de ellas: la deslealtad del hombre con la “mujer de su pacto” o esposa. ¿Sabías que Dios observa tu relación matrimonial? Pedro explica que si no le damos honor a la esposa “como a vaso más frágil, y como coheredera de la gracia de la vida” (1 Pedro 3:7), nuestras oraciones serán estorbadas (es decir no subirán ni serán oídas). Muchos piensan que cada quien es dueño de su vida y puede hacer con ella lo que mejor le parezca, pero se equivocan si creen que no tendrán consecuencias sobre ellos ni su descendencia. No importa cuan lentamente entres a la piscina, impactarás toda la masa de agua. Asimismo nuestras vidas están interconectadas como un cuerpo; duele solo la cabeza pero todo el ser sufre; bebes agua pero todo tu ser se hidrata. También nuestras existencias están conectadas generacionalmente, el pasado con el futuro. Hay bendiciones en tu vida que nacieron en la honra y el amor que tus abuelos se profesaron.
¿Crees que puedes adulterar sin traer maldición sobre tu cónyuge e hijos? Si le abres las puertas a tu enemigo, ¿se quedará afuera? ¿Entrará Dios? Si la infidelidad causara felicidad, ¿se esforzaría tanto el diablo en que adulteres? ¿Puedes realmente construir tu felicidad sobre la desdicha de tu familia, y obtener recompensa? Invierte tu perspectiva por un momento. ¿Cómo te sentirías con el adulterio de tu cónyuge o con tu hija engañando a su esposo? ¿Lo aprobarías? ¿Les darías tu bendición y esperarías que prosperen? Toda la Biblia narra la historia de un noviazgo y matrimonio donde la Iglesia (novia, terrestre) se une para siempre con Jesucristo, el novio (espiritual). Lo espiritual está intrincadamente unido a lo natural y las leyes superiores gobiernan las inferiores. Dios busca lealtad, fidelidad, y ¿cómo puedes serle fiel a Dios, a quien no puedes ver, si no logras serlo con tu cónyuge con quien convives?
“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.” 1 Pedro 3:7