Agradale
“Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.” Juan 8:29
Hace poco me reuní con un compañero de trabajo indonesio de quien soy mentor (y que no conoce la gracia de Cristo) quien inesperadamente me preguntó: “¿Cómo puede alguien tener vida eterna si no ha cumplido con todos sus deberes en esta tierra?” Es increíble como hemos destruido la dicha de tener un Padre Celestial que nos creó, que nos salvó y nos ama, para reducirlo a simples códigos morales sobre que comer, cómo vestirnos y si tener o no relaciones sexuales. Hemos querido convertir un libro impregnado con todos los consejos sobre como vivir una vida plena y trascendente, próspera y con significado (no solo para nosotros sino también para aquellos que nos rodean), en los diez mandamientos. Claro que existen instrucciones pero la Biblia es mucho más que eso. A veces actuamos como esos adolescentes cuyos padres se esfuerzan por cuidarlos, protegerlos, educarlos y cuando alguien les pregunta “¿cómo es tu mamá?,” solo saben decir: “ella solo me regaña.” Todo buen padre disciplina a su hijo para que salga adelante pero eso no significa que no le de mucho más.
El peso de la religión es muy grande para hacerte feliz. No te dejes engañar. Jesús nunca fundó una religión, Él fundó a la Iglesia, Su amada, que es Su propio cuerpo. La Palabra de Dios es alimento para tu alma (Mateo 4:4) y para que tengas éxito en todo (Josué 1, 3 Juan 1:2). Jesús vino para darte vida en abundancia (Juan 10:10). El no escatimó a Su propio Hijo así que ¿como no te dará con Él todas las cosas? (Romanos 8:32). Sacúdete toda la religión y el legalismo, deshazte de todas esas costumbres que son solo tradiciones impuestas por aquellos que les gusta juzgarte para sentirse mejores que tú. Imita a Cristo: Has todo aquello que al Padre le agrada, no al mundo. Extrae de la Biblia lo temporal e histórico y tendrás una religión. Exprime aquello que es eterno y tendrás una nutritiva relación con Su Espíritu Viviente. Solo conociéndolo puedes hacer lo que Le agrada. De otro modo lo dejarás de lado por una “tradición…”
“Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.” Marcos 7:8