Tu tiempo de honra
“Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos. Él [Jesús], respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.” Lucas 19:39-40
Una gran cantidad de discípulos, llenos de gozo, alababan a Jesucristo por las maravillas que habían visto. Clamaban diciéndole: “¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!” (Verso 37). Era Su tiempo de honra. Toda una multitud arrojaba palmeras a Sus pies y Le exaltaban, glorificándole como solo Él lo merece. Sin embargo aquellos religiosos hipócritas que le llamaban Maestro pero se creían iguales a Él, no podían entender esta adoración espontánea nacida de corazones humildes y menos complicados. Sus almas, llenas de envidia (Mateo 27:18), no podían percibir ni mucho menos aceptar la majestad de Su alteza el Mesías pero, les gustara o no, era el momento que el Padre había escogido para exaltarlo y nadie podría evitarlo, de modo que si la gente no Lo exaltaba, “las piedras clamarían”… Ya lo dice Dios en Isaías 43:13 “…Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?”
En mi trabajo tengo días en que todo sale bien pero no siempre es así. A veces las comunicaciones no fluyen y recibo critica despiadada. El aprecio de algunas personas es muy volátil por lo que, en medio del sube y baja, recuerdo que “Él es quien me pone en alto por cuanto he conocido Su nombre” (Salmos 91:14). Me centro en Él, en Su gloria, no en la mía. Él es quien guía mis pasos. No hay nada bueno para mi vida ni la de los míos que no provenga de Él (Salmos 16:2), Él es la fuente. Trato de no desesperarme ni recuperar “simpatizantes” porque, en Su tiempo, Él me dará mi honra. Jesús dice: “… yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga” (Juan 8:50), de modo que el único verdaderamente digno, no sufre por falta de reconocimiento. No caigas en la trampa de la vanidad, no te afanes por opiniones negativas contra ti, son parte y prueba de tu éxito. Suéltalo, déjalo ir, y bendice. No conozco a nadie exitoso que preste atención a todas las opiniones. Enfócate en lo que opina Dios según Su Palabra. Tu tiempo de honra llegará cuando Él lo disponga. Espéralo en paz porque llegará.
“porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.” 2 Corintios 10:18