Venezuela: la raíz del problema – cápsula 1

Una vez escuché de una madre que, para que su hijo pequeño dejara de comerse las uñas, le puso picante debajo de éstas. A pesar de su buena intención estaba primero atacando la consecuencia, no la causa, y segundo, procuraba una solución natural a un problema emocional.

Algo parecido sucede en Venezuela. Buscamos una solución política a un problema espiritual pero, ¿cómo pudo haberse producido la completa ruptura que sufrimos en un país que siempre ha sido tolerante y pacífico? ¿Cómo es posible que el odio entre compatriotas haya permeado matrimonios, familias y amistades? ¿Piensas que la causa de tanta maldad es un conflicto ideológico entre izquierda y derecha? ¿Crees que las atrocidades que vemos a diario incluyendo violaciones, tortura física y psicológica, aquella mujer golpeando con su casco a otra mujer, asesinatos y otras perversiones que superan las pesadillas de cualquier guerra, provienen de un problema social dentro de un país rico? ¿Por qué el diálogo y cualquier forma de reconciliación parecen imposibles? Más aún, ¿puede algún venezolano que haya estudiado primaria sinceramente afirmar que Bolívar era comunista? Un violentísimo conflicto construido sobre una mentira. ¿Cómo pudo ocurrir todo esto? La causa está en el mundo espiritual…

Jesús afirma que sin Él, nuestra mente no puede ser libre. Por eso afirma: “…si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36). Y Pablo dice que “tenemos la mente de Cristo” (1 Corintios 2:16). Satanás, por su parte, es el “padre de mentira” (Juan 8:44) de modo que la diferencia entre vivir en la verdad o en la mentira tiene mucho que ver con a quien sigues, al bien o al mal, a la luz o las tinieblas, voluntaria o involuntariamente. La pregunta es: ¿de qué lado estás tú? ¿Honras a Dios con tu vida? ¿Es Él tu Dios?

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