¿Por qué sigo a Jesucristo?
Porque no es una religión muerta sino un Dios vivo, cercano, Padre amoroso
Porque me hace más sentido que un buen Dios se haya hecho hombre y haya descendido para guiarnos a Su Reino, a que nos haya dejado a nuestra suerte y tengamos que deducir como llegar a Él
Porque mientras las religiones tienen los escritos de solo un maestro o profeta, la Biblia contiene 66 libros que, cubriendo un período de muchos siglos, todos hablan de Cristo en perfecta armonía y correlación
Porque desde muchos siglos antes, los profetas tuvieron visiones claras de Jesucristo, desde Su nacimiento hasta Su muerte y Resurrección, y todas, sin excepción, se cumplieron a Su tiempo
Porque he tenido muchas experiencias con Él por lo que puedo afirmar, con humildad, que Lo conozco
Porque Jesucristo hizo milagros, nos autorizó a hacerlos en Su nombre, los hicieron Sus discípulos, he visto a Sus seguidores hacerlos hoy en día y Él ha hecho milagros a través de mí
Porque es obvio que el mal existe y Jesucristo liberó a muchos endemoniados, nos autorizó a hacerlo en Su nombre, lo hicieron Sus discípulos, he visto a Sus seguidores hacerlo hoy en día y Él ha hecho liberaciones a través de mí
Porque me permitió contemplar por unos segundos el rostro de Su ángel y sé que es real y que digo la verdad
Porque Jesús restauró mi vida, borró mi maldad y deshizo las muchas maldiciones que pesaban sobre mí. Ahora soy libre y mis generaciones son benditas
Porque lo mismo ha hecho Él con millones y hoy lo puede comenzar a hacer contigo. Solo tienes que decirle, de corazón: “Señor Jesús, te entrego mi corazón. Yo creo que en esa cruz tú llevaste todos mis pecados. Yo confieso con mi boca que solo Tú eres el Hijo de Dios y que Dios te levantó de entre los muertos. Quiero ser libre de la única manera posible: perteneciéndote a Ti que eres mi Creador y además mi Redentor, el que pagó todas mis deudas, llevó mis maldiciones, cargó con mis pecados, llevó sobre Su cuerpo mis enfermedades y se hizo pobre para prosperarme. Yo renuncio a todo otro pacto mío y de mis ancestros, y entro en pacto solo contigo Señor a través de la preciosa sangre que derramaste por mí. Ven a reinar en mi vida Abba. Gracias Jesús, amen.”