La Navidad, ¿tiempo de dar… o de recibir?
Uno de los aspectos que más influyó para convertirme es el elemento profético que solo encontramos en la Biblia. El profeta Isaías vivió en el siglo VII antes de Cristo, y Miqueas en el V. Sin embargo ambos anunciaron la venida de Jesucristo:
“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” Isaías 7:14
“Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.” Miqueas 5:2
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” Isaías 9:6
Muchos dicen que la Navidad es un tiempo para dar pero en realidad es tiempo de recibir, ¿qué cosa? El regalo de la salvación. Porque tú y yo éramos reos de muerte pero Dios mismo decidió despojarse de toda Su gloria y hacerse hombre, un simple carpintero quien luego de vivir una vida de absoluta integridad, anunció Su mensaje de salvación por tres años, confrontó la muerte en una tormentosa Cruz y resucitó al tercer día. Su sangre borró toda nuestra maldad y nos dio el derecho de que nuestros nombres se escriban en el Libro de la Vida. Solo tienes que decirle: “Yo creo en Ti y solo en Ti Jesús. Yo creo que fuiste a esa Cruz para llevar mis muchos errores. Tú eres el Hijo de Dios y te ruego que vengas a reinar en mi corazón. Adóptame como hijo. Te necesito y Te anhelo. “
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” Juan 1:12