Creyéndole a Dios
Padre perdóname cuando acepto lo que otros dicen porque parece sensato, y no me percato de que va contra Tu Palabra. Por ejemplo:
– cuando me enfermo y empiezo a rastrear el origen de la enfermedad (“ah, es que me mojé con la lluvia y luego el aire acondicionado, etc….”) en vez de reclamar que “por Sus llagas soy sanado.” Isaías 53:5b
– cuando pienso en términos de escasez y olvido que “Jehová es mi pastor, nada me faltará.” Salmos 23:1
– cuando me dejo llevar por el desaliento o pequeñeces y olvido que “Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él.” Salmos 118:24
– cuando pienso en renunciar y olvido que “el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” Mateo 24:13
– cuando me subestimo, olvidando que “Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.” Salmos 139:16
– cuando dejo que el temor me domine y olvido que “aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.” Salmos 27:3
– cuando pienso que es muy tarde para comenzar un proyecto y olvido que Moisés empezó su ministerio a los ochenta y Caleb reclamó el monte de Hebrón a los ochenta y cinco. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Filipenses 4:13
Enséñame a pensar como Tú Papá, a hablar tu idioma de fe y a vivir cada minuto en tu verdad. ¡Amen!