Resucitó
“No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.” Mateo 28:6
Hoy recordamos el mensaje central del Evangelio. En la madrugada del tercer día, luego de vencer su carne, al mundo y a Satanás en la cruz del Calvario, Jesucristo vencía al último de los enemigos: la muerte.
- Según Mateo 27:62-66, los sacerdotes le pidieron a Pilato una guardia. Él aceptó y “ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.”
- ¿Te imaginas como habrán buscado ese cuerpo sus detractores? No solo los sacerdotes sino los romanos ya que cuando el Ángel del Señor removió la piedra y se sentó sobre ella, “…de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.” Mateo 28:4
- Si todo era mentira, ¿por qué los sacerdotes y fariseos que no creían en Él y cuyo mayor temor era justamente que se propagara que resucitó, no dijeron simplemente “vayamos a la tumba a ver el cuerpo”? Sencillo.
- Durante los cuarenta días que siguieron a la resurrección, Jesús se le presentó a María Magdalena, a Sus discípulos reunidos, a dos que caminaban, a siete discípulos que pescaban y en una oportunidad a quinientos hermanos a la vez (1Corintios 15:6). Y tiempo después a Pablo.
- Pero no solo lo vieron. Caminó con ellos, invito a Tomás a meter el dedo en sus heridas, les habló, y hasta les cocinó y comió con ellos.
- Una leyenda tarda al menos 4 generaciones para que pueda comenzar a creerse, pero acá vemos testigos de primera mano dando valientemente su testimonio.
- ¿Por qué un hombre como Pablo, próspero, judío muy respetado, nacido en Roma, archienemigo de los seguidores del Camino, cambiaría su vida exponiéndose a tanto sufrimiento, amenazas y rechazo? ¿Por una mentira?
- Todos los apóstoles murieron de maneras tormentosas, ¿por qué? Solo tenían que negarlo y salvar sus vidas. Pero no lo hicieron…
- Mujeres como Maria Magdalena que estuvieron a Sus pies durante la crucifixión, ¿qué les dio el coraje para arriesgarse a morir?
Todas estas preguntas solo tienen una respuesta lógica: Jesús era quien dijo ser, el Verbo hecho carne, el Pan de Vida que descendió del cielo, el unigénito Hijo de Dios, el Salvador del mundo, nuestro Redentor. Por eso Juan testifica:
“Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.” 1 Juan 1:1-4