La fe del evolucionista
Un individuo a otro: “Este fósil tiene 3 billones de años y dos meses.”- El otro: “¿De veras? ¿Y cómo lo sabes con tanta exactitud?” – El primero: “Porque vine hace dos meses y me dijeron que tenía 3 billones de años.”
Me impresiona la fe de los Evolucionistas.
La Evolución es una teoría, entre otras, y es un acto de arrogancia afirmar que está comprobada. En realidad requiere de mucha fe para creerla, como por ejemplo que:
– El universo se creó a si mismo
– Toda la masa visible (estimada por algunos en 9,27 x 1052 kg) del universo salió de la nada, aunque no hemos podido producir, de la nada, un átomo o un grano de arena
– El hidrógeno producido en el Big Bang, evolucionó y se convirtió en al menos, los 119 elementos de la Tabla Periódica actual
– Una azarosa combinación de elementos químicos creo la vida, aunque hoy en día, no podamos resucitar a una bacteria
– Debido a la necesidad de polinización, la evolución no solo produjo insectos voladores, sino generó más de 20 mil especies solo de mariposas
– La temperatura y gravedad crearon el ciclo perfecto de riego de lluvia, circulación, desemboque al mar y evaporación
– Vegetales y animales concibieron perfecta simbiosis: Los primeros absorben anhídrido carbónico y expulsan oxígeno, y los segundos exactamente lo contrario
– Las células hermafroditas se separaron para crear los sexos
– Y mucho más (los monos evolucionaron pero aún existen, nació la familia, la moral, la compasión, la honra, el patriotismo, la fidelidad y claro está, el amor).
El problema no es la Teoría de la Evolución. Lo que pasa con la “supervivencia del más apto” es que en ella, no somos iguales porque no todos evolucionamos igualmente.
Además, te roba tu trascendencia porque bajo ella, la vida, tu vida, no tiene propósito. Es azar, casualidad, un accidente…
Y sin trascendencia ni consecuencias, ¿para qué necesitamos moral? Que cada quien determine la suya, como lo hicieron, por ejemplo, Hitler y Charles Manson.
Sin embargo, cuando veo un simple hormiguero, deduzco inteligencia. Cuando veo una computadora, entiendo que quien la diseñó habita fuera de ella, no adentro. Nada en el mundo me haría creer que se diseñó ella misma.
La Teoría de la Creación me hace más sentido; sin embargo, si me muestras a alguien que creó un átomo de la nada o le dio vida a moléculas inanimadas, estoy dispuesto a reconsiderarlo. Por ahora, seguiré creyendo que no soy superior ni inferior a ti, que mi vida tiene propósito, trascendencia, y que fui creado por un Dios grande para algo grande.
“Dice el necio en su corazón: no hay Dios…” Salmos 14:1a