Hora de creer la Verdad

“Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.” Jesús en Juan 8:45

Jesús se está dirigiendo a los fariseos quienes eran los principales líderes religiosos de la época. Estos hombres desde su niñez memorizaban el libro de la ley o Torá que hoy en día cubre 187 capítulos en la Biblia. Ayunaban dos veces por semana, servían en el templo, daban sus diezmos y cumplían celosamente los más de seiscientos preceptos del judaísmo. Sin embargo Jesús los llamó hijos del diablo: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Verso 44). ¿Por qué Jesús los trata así? Porque no podían recibir la Verdad sino que eran víctimas de sus paradigmas y creencias, tradiciones y de su propia versión del Mesías. Es más fácil creerle al diablo que a Jesús.

Tú y yo hemos creído tanto en las mentiras del enemigo, de nuestra cultura; los paradigmas de nuestra familia y el bombardeo de mentiras que recibimos a diario por medios electrónicos y redes sociales, que al igual que a los fariseos, se nos dificulta creer la verdad. Haz un inventario de lo que has creído: que tus errores son imperdonables, que te falta capacidad, que ya es demasiado tarde, que eres un accidente y un “perdedor.” O quizás sea que tu matrimonio o ese hijo descarriado son irrecuperables, o que tus mejores días quedaron atrás. Pero Jesús quiere que creas solamente en Él que es la Verdad y hoy te dice que “Sus ojos vieron a tu embrión” (Salmos 139:16a), que Él es el “Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará” (Isaías 44:2), y que Él “cumplirá Su propósito en ti” (Salmos 138:8a). Dios tiene planes y pensamientos de bien y paz para ti (Jeremías 29:11).Tú eres Su especial tesoro, nacido de Su simiente (1 Juan 3:9). Y si eso no te convence, Pablo dice que: “que somos coherederos, miembros de Su cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio” (Efesios 3:6). Es hora de creer la verdad sobre quien eres. No puedes tener la vida completa que Jesús vino a darte sin aceptar y creer, en lo más profundo de tu corazón, lo que Él ha dicho de ti. Sintonízate con el Espíritu Santo y acepta quien eres: Su hijo, Su hija, amado…

“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.” 1 Juan 3:1

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