¿Zarandeados para qué? – parte 1

“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.” Lucas 22:31-32

Jesús le anuncia a Pedro no solo que confrontará una difícil prueba, sino que fracasará en ella. Tan solo unas horas después, lo va a negar tres veces, por lo cual “llorará amargamente” (verso 62). No lo llama por su nombre de poder, Pedro, (de petros, piedra) sino por su nombre anterior Simón, enfatizando al repetirlo, la certeza de lo que le profetiza. Me maravilla ver que nuestro enemigo necesitó que Jesús se lo permitiera, pero, ¿por qué lo hizo? ¿Por qué no le negó el permiso diciéndole: “Pedro, Pedro, hoy le he prohibido a lucifer que te ataque”? Eso hubiera sacado un “gloria a Dios” de la boca de Pedro, pero no funciona así. La razón es la misma por la que permitió que un adolescente de nombre David, se enfrentará con un gigantesco paladín llamado Goliat. La misma razón por la que permitió que un joven de nombre José, hijo predilecto de su padre, fuese vendido como esclavo por sus hermanos antes de pasar años preso por un delito que no cometió. Por la misma razón permitió que el poderoso Moisés, quién sacaría de Egipto al pueblo de Israel, gastara cuarenta años en el desierto, cuidando unas malolientes ovejas de su suegro. ¿Qué tienen todas estas vidas en común? Dificultades que parecen provenir de satanás para dañarlos, pero son permitidas por Dios para promoverlos. ¿Qué hubiese sido de David sin Goliat, de José si no es vendido, de Moisés sin los 40 años de desierto?

A veces quien está detrás de esa dificultad que te acosa, no es satanás sino Dios, quien le permite a tu adversario (enfermedad, escasez, jefe o cónyuge difícil, hijo rebelde, etc.) modelar tu carácter, fortalecerte y guiarte a cumplir tu propósito. El Señor le otorga un poder controlado y temporal, con el fin de limar las partes duras de las que necesita librarte para cumplir tu misión. ¿Cómo sé que es controlado y temporal? Porque Jesús le dice que ha rogado por Simón, con un fin: “que su fe no falte,” y le anuncia que una vez esté de vuelta (superada la prueba), tendrá la nueva capacidad ganada para afirmar a sus hermanos. El exceso de confianza e impulsividad de Pedro necesitaba un toque del Maestro, para poder ser uno de Sus apóstoles:

“Él le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte. Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.” Versos 33-34

Los comentarios están cerrados.

A %d blogueros les gusta esto: