Quizás tú eres la respuesta a tus oraciones – P1

“Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? …” Jueces 6:13a

La historia va así: Gedeón, un joven israelita, está en su lagar sacudiendo trigo a escondidas de una multitud incontable de enemigos: los madianitas y los amalecitas. Durante siete años, el pueblo de Israel ha estado a la merced de este poderoso enemigo debido a que, por su desobediencia, Dios apartó Su protección de ellos. Cada año, cuando Israel siembra, ellos vienen y consumen sus cosechas y lo que queda, lo destruyen completamente, y hacen lo mismo con el ganado. Israel está nuevamente bajo opresión y muriendo de hambre. Gedeón, siendo el menor de sus hermanos en una familia que ya es pobre en Manasés, ha clamado desesperadamente por liberación también. Bien, la respuesta fue oída y el mismísimo Jesucristo, más conocido en el Antiguo Testamento como el Ángel de Jehová, ha venido a traerle las buenas noticias a Gedeón. Su saludo me impacta: “Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.” (verso 12b).

En este momento, escondido en un lagar, escondiendo el trigo en vez de pisando uvas para la viña, Gedeón no puede ni remotamente comprender que él es la respuesta a sus propias oraciones. El Ángel de Jehová lo ha designado para dirigir la liberación de Israel contra estos formidables enemigos. Por eso su respuesta es total incredulidad. No puede aceptar ese título de “esforzado y valiente.” Además, su pregunta es justificable: Si Dios está con nosotros, ¿por qué estamos tan mal? ¿Alguna vez te has preguntado lo mismo? Tendemos a creer que, si estamos en la voluntad de Dios o bajo Su bendición, todo tiene que estar bien, todo debe verse bien. Me encanta la respuesta de Dios. Él ya oyó el clamor del pueblo arrepentido, y va a actuar, por eso no pierde tiempo explicándole a Gedeón por qué Él permitió que sean vencidos (por su desobediencia). Ya Él perdonó y decidió actuar, y por eso está allí en frente de Gedeón y se limita a darle la clave divina para toda dificultad, reto y amenaza, para todo aquello que luce imposible tanto en la vida de Gedeón como en la tuya, y en la mía: “…Yo estaré contigo…” (Verso 16). Con mucha frecuencia encuentro que las respuestas a mis oraciones están en mí porque lo que me limita, también lo está. Y me encuentro en mi lagar, escondiendo el trigo. En medio del temor, las Palabras de Jesús resuenan en mi cabeza y me dan descanso:

“…Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás…” (verso 23)