Tu resurrección viene

“y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?” Lucas 24:5

Antes del amanecer, luego del día de reposo, varias mujeres fueron a la tumba de Jesús con ungüentos para untar el cuerpo del Señor y especias aromáticos para el sudario que lo cubría. Era la costumbre, pero también el deseo desesperado de posponer el deterioro de Su cuerpo y retrasar así Su despedida. Todos los que hemos perdido seres queridos, lo entendemos. Deseamos alargar esos instantes antes de que se nos desvanezcan… Pero este caso fue diferente. La pesada roca, fuertemente afirmada por orden de Pilato, había sido removida por un ángel. El sepulcro estaba abierto y mientras ellas se preguntaban qué pudo haber ocurrido, dos varones con vestiduras resplandecientes se pararon junto a ellas. En temor reverente, todas bajaron sus cabezas y ellos le hicieron la pregunta más maravillosa que nos podemos hacer hoy: “¿Por qué buscas entre los muertos al que vive?”

Después de tres largos días, algunos de los discípulos y seguidores regresaron a sus botes y a sus rutinas; con seguridad estaban desanimados y confundidos. Parecía que todo había sido una ilusión; maravillosa y gloriosa, pero ilusión al fin. Imagino que hablaban poco y pensaban mucho, preguntándose: “¿qué pasó? ¿Cómo pudo haber terminado así?” El Maestro había anunciado su muerte y resurrección en varias oportunidades, pero con frecuencia oímos solo lo que queremos. Si estás pasando por un momento difícil donde nada parece moverse en la dirección apropiada; si te sientes decepcionada porque ese sueño, que finalmente parecía hecho realidad, ahora luce como que nunca existió. Si has esperado largo tiempo por una salida para tu dificultad, y todo sigue estancado, aparentemente muerto, y cada esfuerzo parece infructuoso, yo quiero recordarte que nuestro Señor no conoce la derrota. Ni siquiera la muerte, el último de los enemigos a vencer, pudo con Él. Ese domingo Él volvió a tomar la vida que voluntariamente había puesto (Juan 10:18). De igual manera, el día de tu resurrección está cerca. Tu domingo viene en camino. No busques tu sueño entre los muertos porque si es de Dios, vive. No aceptes la costumbre transándote por menos. No abandones tu fe, no dejes de esperar. Para Él nada es imposible. En el momento más oscuro, cuando parece que ya nada puede hacerse, allí viene tu resurrección, tu restauración, tu sanidad, tu momento de victoria. Sigue creyendo porque Él honrará tu fe:

“Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.” Romanos 10:11