¡En todo!
“Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.” Josué 1:7
Dios le ordena a Josué, quién va a dirigir la conquista de la tierra prometida, que sea muy valiente, pero no para pelear contra el enemigo sino para obedecer la Palabra escrita por Dios; no solo mientras pelea sino día a día porque lo que Dios busca es carácter. En otras palabras, la victoria no será el resultado de estrategias militares, técnicas de combate cuerpo a cuerpo ni armas superiores. La victoria provendrá de obedecer y agradar a Dios. Y la promesa es muy grande: “para que seas prosperado en todo lo que emprendas.” No solo prosperado en aquello a lo que Dios lo enviaba, sino en todo lo que Josué iniciare. Igualmente tú, si te esfuerzas y eres valiente para hacer conforme a la Palabra escrita en la Biblia, no solo serás exitoso en tu trabajo, empresa o ministerio, sino también en lo que estudies, en tu matrimonio, con tus hijos, en tu salud y deportes, en las finanzas, hobbies, sueños y proyectos, en tus relaciones con amigos y comunidad. ¡En todo! En otras palabras: no habrá nada que emprendas en lo que no tengas éxito.
Pero las promesas a Josué continúan: “…porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (verso 8b) y “… porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” (verso 9b). Interesante: Si atesoramos y seguimos la Palabra de Dios “haremos prosperar nuestro camino y todo nos saldrá bien.” Muchas veces hemos pensado que Dios nos prospera, pero acá la fidelidad de Él nos enseña que nosotros mismos hacemos prosperar nuestros caminos ¡de manera que todo nos salga bien! Y lo mejor de todo: en donde sea que estemos, Dios estará con nosotros. Me encanta que no dice que estará con nosotros adonde quiera sino en donde quiera que vayamos. Dios no solo nos encuentra en el objetivo, Él nos acompaña por cada paso y cada minuto de todo el trayecto. No nos preocupemos tanto de las estrategias terrenales ni de ser muy astutos. Lo que necesitamos en nuestras vidas es que Dios intervenga y, para que Él lo haga, debemos vivir según Él nos instruye. Y para vivir como Él nos instruye, debemos saber que dice acerca de nosotros Su eterna Palabra cuidadosamente resguardada por siglos, para nuestro beneficio. No te afanes tanto por lograr tus objetivos. Dale espacio a Dios, asegúrate de vivir como a Él le agrada que lo hagas, y te acompañará siempre:
“Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.” Éxodo 33:14