Gozo en todo tiempo

“Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.” Jesús en Juan 15:11

El Maestro está abriendo Su corazón a Sus discípulos, mostrándole la importancia de que los apóstoles obedezcan para que tengan gozo. Ya les había dicho: “SI guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor” (Verso 10). En otras palabras, si atesoran mis enseñanzas y principios, permanecerán en lo que Yo deseo para ustedes; estarán bajo el manto de Mis beneficios, Mi cobertura. Vivan en Mi voluntad. Podríamos intentar resumir este hermoso capítulo que contienen las palabras del Señor a Sus doce, solo pocas horas antes de ser apresado, como: “No se aparten de Mi para que tengan Mi gozo.” Todos los apóstoles excepto Judas, confrontarían luego persecución y tortura, hasta la muerte. Sin embargo, perseveraban en la fe y Dios hizo milagros extraordinarios a través de ellos, por lo cual, dos mil años después, la iglesia de Cristo permanece firme y sigue creciendo.

Jesús quiere que cada uno de nosotros cumpla su propósito. De hecho, Él nos creó a cada uno con un plan en mente. Alcanzar ese fin particular puede requerir sacrificio, perseverancia y eventualmente, sufrimiento. Sin embargo, en medio del reto y la oposición, Dios también quiere que estemos gozosos, confiados, pacientes; sabiendo que Él está en control de nuestro destino. Dios no quiere vernos estresados, deprimidos, ansiosos ni asustados. Él tiene el secreto para una vida en victoria. Ahora bien, el gozo va mucho más allá de la felicidad. Reaccionamos con felicidad cuando las cosas van bien; nos alegramos cuando todo sale según nuestros planes, porque la felicidad es nuestra reacción a una situación positiva, grata o afortunada. El gozo, por su parte, es un estado de profundo bienestar, plenitud y paz internos, aun en medio de grandes retos y dificultades. El gozo proviene del Espíritu Santo y Jesús lo compara con ríos de agua viva que corren dentro de nosotros (Juan 7:38). Implica encontrar satisfacción constante a pesar de que las cosas no vayan según lo planeado o, cómo muchas veces ocurre, exactamente en la dirección opuesta a lo que esperamos. El gozo es una forma de deleite espiritual. Trae contentamiento aún en circunstancias adversas. Es necesario porque en el mundo tendremos retos, pero Jesús venció al mundo (Juan 16:33). En otras palabras, no se trata de vivir una vida fácil y cómoda sino una vida poderosa; no llena de tranquilidad sino de propósito, con gozo:

“Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.” 1 Juan 1

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