Una vida enfocada – Parte 2: ser prácticos
“De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” Mateo 22:40
Esta fue la parte final de la respuesta de Jesús a un fariseo intérprete de la Ley quien trataba de tentarlo con la pregunta: “¿cuál es el gran mandamiento en la Ley?” (Verso 36). El Maestro le explica que el primero, el más importante de todos los mandamientos es que amemos a Dios con toda nuestra alma, con todo nuestro corazón y toda nuestra mente. Luego añade que el segundo más importante es que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Y termina diciendo que ambos son la base de toda la Ley y los Profetas. Imagino que, para un intérprete de la Ley cuyo trabajo era justamente interpretarla y explicarla, este resumen fue demasiado conciso, pero es porque Jesús es práctico, no complicado. Pienso que a pesar de su mente genial, Jesús evita las complicaciones innecesarias. Él no estaba sugiriendo que no estudiemos las Escrituras, pero sí nos estaba dando la segunda clave para vivir una vida enfocada: ser Prácticos.
Muchas veces nos distraemos en los detalles y nos perdemos la sustancia. Jesús les dijo a los fariseos que ellos “cuelan un mosquito, pero se tragan un camello.” (Mateo 23:24). A veces nos enfocamos tanto en la forma que nos perdemos de lo esencial. En una oportunidad el mismo Mesías estaba en casa de una estresada Marta quien gentilmente lo había invitado a un banquete. El problema radicaba en que su prioridad estaba desenfocada. Ella estaba centrada en su evento, en lucir bien y que todos quedaran impresionados. Con frecuencia si nos angustia sobremanera la manera en qué podemos ser percibidos, se debe a que no estamos centrados en el propósito por el cual estamos actuando, sino en nosotros. Marta quería lucir bien. Su hermana María, por su parte, tan solo quería disfrutar de la presencia del Rabí. Esa diferencia de prioridades ocasionó que Marta se molestara con María al punto de exigirle a Jesús que le ordenara ayudarla. Las personas desenfocadas desenfocan aún a las enfocadas. Bruce Lee recomendaba: “deshazte de lo no esencial.” Todo lo que no es vital para lo que sea que estés haciendo, es accesorio. Si te puedes deshacer de ello, hazlo. Examina tus actividades diarias en función no de generar tiempo para hacer más cosas, sino a la luz de deshacerte de lo irrelevante, de lo que no está de alineado con tu propósito. Comprométete con lo importante sabiendo que eso significará desligarte de lo que no lo es.
“Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria…” Lucas 10:41-42a