Una vida enfocada – Parte 3: estar presentes
“Y les dijo: !!Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!” Lucas 22:15
Jesús está con sus discípulos en lo que hoy día conocemos como la Última Cena. Está entregando su último mensaje con cuerpo encarnado y luego oraría por ellos y nosotros. Rato después los guiaría en una simple comida con pan y vino advirtiéndoles que no volvería a beber del fruto de la vid hasta que el reino de Dios venga a la tierra. Esa misma madrugada sería abandonado por sus seguidores, capturado por los fariseos y romanos, juzgado y crucificado luego de ser intensamente atormentado física, emocional y espiritualmente. Lo que me impacta es que Él sabía todo lo que le ocurriría; sería tan doloroso que por tres veces le pidió al Padre que proveyera otra solución (Marcos 14:36-41). ¿Cómo pudo entonces disfrutar de ese tiempo con sus amigos? ¿Cómo pudo sacar de su mente todo lo que le ocurriría en pocas horas, para enfocarse en amar y bendecir a su banda? ¡El mismo Judas, quien después lo traicionaría estaba aún allí! Jesús podía realmente vivir en el presente. Era capaz de apartar lo que le venía, con el fin de cumplir lo que tenía a mano. Recordemos que en la misma cruz y luego de tormentos insoportables, le encargó a Juan que cuidara de María, su madre terrenal (Juan 19:26-27). ¡Que poderosa manera de estar presente, de vivir en el ahora!
¿Cómo sería tu vida si te preocuparas menos por el futuro y te libraras del pasado, plenamente enfocado en lo que está ocurriendo ahora? ¿Cómo serían tus conversaciones? ¿Cómo sería estudiar o trabajar plenamente entregado y enfocado en el ahora? No estoy hablando de que no planifiquemos ni de que no hagamos planes, no. Tampoco de que no anticipemos circunstancias ni que borremos los recuerdos. Me refiero a vivir el momento presente, exprimiéndolo, disfrutando lo que este instante tiene para darte e incluso sufriendo lo que tengas que sufrir, dejando salir el dolor cuando nos toca hacerlo, del mismo modo que dejamos salir la risa y alegría cuando nos toca festejar. Tenemos más distractores que nunca en la historia de la humanidad. A través de los dispositivos electrónicos podemos ser invadidos en lo más intimo de nuestras vidas, si lo permitimos… Tu cerebro pasa de un chat a una imagen y lego a una noticia, en segundos, y como tal se agota y pierde foco y sensibilidad. Ves algo terrible y luego, de inmediato, un chiste. Tus emociones deben fluir, pero no como montaña rusa…
“Jesús lloró.” Juan 11:35