Una Fe Expectante – P1
“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.” Santiago 5:7
En una oportunidad y debido a que una sequía acosaba a una región rural, el curita del pueblo retó a su grey a orar por lluvia durante la misa del siguiente domingo, con la convicción de que ese día, mientras clamaban a Dios, con certeza llovería. Llegó el día y había gran expectativa entre los asistentes. El sacerdote con voz poderosa irrumpió: “¿Están listos para orar por lluvia hasta que se derramen los cielos?” Y todos respondieron al unísono: “Amén.” El padre preguntó nuevamente: “¿Están seguros?” Y la respuesta retumbó en el techo: “¡Amén padre, amén!” Luego de un incómodo silencio y con una mirada escrutadora, el párroco preguntó con voz baja: “¿Y por qué ninguno trajo paraguas?” La fe es interna, pero se refleja en lo que hacemos y cómo vivimos. Cuando a una pareja que anhela un bebé su médico les confirma el embarazo, su perspectiva interna cambia y todo lo externo se transforma. Ella cambia su dieta, probablemente deja de fumar o beber, se cuida de accidentes; ambos comienzan a imaginar la cunita del bebé, explorar nombres; él (esperemos) la consiente y la mima más, etc. Algo se está formando dentro del vientre de ella y en el corazón de ambos. Aún no lo ven, pero lo anhelan…
Acá el apóstol Santiago nos habla de un modo similar del que siembra. Ningún agricultor siembra y se olvida. Él o ella saben que la semilla puesta debajo de la tierra removida y regada va a germinar, y en su momento aparecerán sus renuevos. ¿Qué estás esperando de parte de Dios? ¿Qué promesa aguardas ver cumplida? Decide que tus acciones reflejarán tu fe. ¿Anhelas un bebé? Ayuda a esa amiga embarazada, así te vas entrenando. ¿Necesitas un nuevo auto? Visita un concesionario y explora las opciones. ¿Quieres salir de deudas? Imagina cómo sería tu vida con todos tus ingresos para ti y esfuérzate en cumplir tu presupuesto. ¿Quieres esa promoción? ¿Qué tienes que aprender o estudiar para lograrlo? No estoy hablando del “Secreto” ni del poder de la visualización. Estoy animándote a poner tu fe en acción, para que crezca en ti como el grano de mostaza:
“Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra.” Mateo 4:31-32
Debe estar conectado para enviar un comentario.