Ya Dios suplió para tus necesidades
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” Mateo 6:11
¿Sabías que ya Dios ha hecho provisión del pan de cada uno de sus hijos para cada día del resto de sus vidas? Él cuenta nuestros días, y en esta cita nos insta a reconocer nuestra dependencia de Él pidiéndole el pan diario confiando que, llegado cada día, cada nuevo hoy, Él proveerá. Hoy sábado le pides y Él te da el pan de este día, y mañana te dará el del domingo, y el lunes el del lunes, y así sucesiva y amorosamente durante cada día del resto de tu vida. Ya es tuyo y está provisionado, apartado con tu nombre. Él conoce el día en que morirás y cuando ya no necesitarás ese pan, pero hasta entonces, ya tiene apartado el inventario suficiente para suplirte, y lo más hermoso es que nadie te lo puede quitar. Además, la palabra Pan es simbólica y va mucho más allá de alimento natural y cualquier manjar, sino que incluye albergue, vestido, paz y todo lo necesario para que tengas una existencia confortable incluyendo lo más importante: Cristo, el Pan de Vida.
Dios sustentó con maná al pueblo de Israel durante los muchos años que deambuló en el desierto. Esta porción era suficiente y completa para cada día, adaptada al tamaño de cada familia, pero no se podía guardar para el siguiente. Había que buscarla a diario. Jehová enseñaba a Israel a depender de Él, a diario, a dejarse proveer hasta que llegaran a la tierra prometida. Ahora bien, ¿será que Dios no conocía cuando llegaría ese día? ¿Será que Dios “fabricaba” cada día ese maná o simplemente ordenó desde su soberanía que se produjese? Por ejemplo, cuando vemos los días de la creación, notamos que Dios daba una orden y ésta activaba un mecanismo que permanecía inalterable, como cuando dijo: “Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.” (Génesis 1:11). Ese proceso prosigue hasta el día de hoy, pero yo no creo que el Padre esté cada día creando la hierba y las semillas nuevamente, dándoles seguimiento, sino que su Palabra que está viva permanece activa. Pienso que tú pan diario y el mío (el pan de sus hijos), fluye y fluirá de igual manera. Dios anhela tu cercanía. Él quiere caminar tomado de tu mano derecha, quiere acompañarte, animarte, apadrinarte como el maravilloso Padre que es. Jesús nos enseña a pedirle al Padre el pan diario para que lo busquemos a Él, pero ya Él ha proveído para toda tu vida.
“Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan.” David en Salmos 37:25
Buenisimo gracias por alimentar mi alma con la palabra del se#or. Que el pan de la oracion no falte a ninguna alma. No importa cuando los lea lo importantes es que dios sabe el justo momento que tiene que leer su mensaje. Gracias agradecida bendiciones.
Enviado de Samsung Mobile
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