Dejando de juzgar
“No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.” Éxodo 20:16
El octavo mandamiento se ha popularizado como “no matarás”, sin embargo, abarca bastante más que no engañar a otros. Se refiere a no hablar falso testimonio contra nadie. ¿Qué es dar o hablar un testimonio? Es describir públicamente algo de lo que hemos sido testigos o afirmar algo según nuestro conocimiento. Yo predico a diario la Palabra de Dios como testimonio de su gracia porque ha cambiado mi vida y la sigue renovando a diario. Ahora bien, un falso testimonio implica declarar falsamente lo que ocurrió, de manera voluntaria, con el fin de engañar o dañar a alguien. Supone corroborar como cierta una mentira sabiendo que lo es. Por eso cuando alguien presta testimonio en una corte, le hacen jurar sobre la Biblia: ¿Jura usted decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?” ¿Te imaginas que habláramos siempre así? Toda la verdad, no nos guardáramos parte de esa verdad (sino dijésemos toda la verdad) y no le agregáramos nada (nada más que la verdad). Pero la realidad es muy diferente. Cada vez que chismeamos o murmuramos, cuando desollamos vivo al jefe, cuando nos dejamos llevar por nuestra justicia y discriminamos a alguien o comenzamos a criticarle, no solo hablamos mentira, sino que retenemos la verdad y le agregamos falsedades para soportarla. Repentinamente estamos convencidos de que nuestras sospechas son certezas, y nuestra malicia, justicia.
Pero ¿quién nos autorizó a juzgar a alguien creado a la imagen y semejanza de Dios? Si ni siquiera conocemos lo que afecta nuestros propios corazones, ¿será que estamos calificados para juzgar a otros? ¿De donde sacamos que lo que “sentimos” o “sospechamos” es real? ¿Qué dolor hay tan escondido en nuestras almas que nos desquitamos desmenuzando a otros? La Palabra dice en Jeremías que nuestros corazones son engañosos y perversos, y que no los conocemos (Jeremías 17:9). Si no nos conocemos a nosotros mismos, ¿cómo podemos juzgar a otros? La verdad sea dicha, cuando algo nos molesta mucho de alguien es porque algo en él o ella se parece mucho más a nosotros que lo que estamos dispuestos a admitir. Por eso Pablo nos enseña que cuando juzgamos a otros, realmente nos condenamos a nosotros mismos porque lo que criticamos, eso hacemos…
“Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.” Romanos 2:1
Buenos dias se#or eduardo feliz inicio de semana santa. Quiero agradecerle todas sus oraciones y espero que sus deseos. Se cumplan mis mejores deseos de 💖corazon, una cotacion soy de una filosofia. Pienso que si DIos te da un carazon para vivir y fluir sangre y te indica. Emosinoes ilusiones felicidad y hasta tristeza. No puede ser enga#oso Recuerda que es el unico organo que no deja de trabajar. Y indica a tu mente. Feliz inicio de semana. Para usted siempre lo recuerdo y le estoy agradecida siga orando por mi. 😊😊😊😊🌹🌹🌹🌹👊👊👊👊
Enviado de Samsung Mobile
Me gustaMe gusta
Gracias muy buen tema. Se#or eduardo buenas noches.😊🙇🙇
Enviado de Samsung Mobile
Me gustaMe gusta