Aguarda tu tiempo

“Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.” Salmos 27:14

Una vez más David, al escribir este Salmo, estaba siendo perseguido. Algunos creen que por su hijo Absalón. El resto del capítulo revela que está siendo acosado por sus enemigos pero que su fe en Jehová es mayor que su temor. Me encanta como cierra con este verso porque, de algún modo hablándose a sí mismo, se da 4 instrucciones: Aguarda – Esfuérzate – Aliéntate – Espera. La espera es activa. Ya sea en la desesperación o en el desaliento, cuando esperamos algo ansiosamente o cuando casi renunciamos a un sueño, la espera debe ser activa, expectante. Mira las instrucciones que David nos deja a su posteridad: Aguarda: esta es una espera con expectativa. Implica estar atentos a la llegada de lo que esperamos, como cuando escuchamos un conteo regresivo 10, 9, 8, 7… o esperamos el disparo de salida de la carrera. No debemos adelantarnos. Esperemos la señal. Esfuérzate: Debemos esforzarnos para hacer con excelencia aquellas acciones que están relacionadas con lo que aguardamos. Del mismo modo que una mujer embarazada se cuida y sacrifica muchas cosas por el bien del bebé, debemos esforzarnos para esperar con energía y convicción la llegada de lo que Dios nos ha prometido. Mientras esperamos la cosecha, seguimos regando de mañana y de tarde…

Aliéntese tu corazón: No es fácil mantener el ánimo en alto, sobre todo cuando el tiempo pasa y las circunstancias parecen llevarnos en la dirección opuesta de nuestros sueños. Por eso necesitamos no solo esforzarnos sino alentarnos. Leer la Palabra. Buscar la compañía de creyentes, de gente de fe que nos motive. Proclamar y confesar las verdades escritas en la Biblia respecto a nosotros, orar y alabar a Dios. Alentémonos como el corredor de maratones que sabe que alrededor del kilómetro 25 o 30 tendrá un desaliento grande (lo que llaman “la pared”), pero también recuerda que, si supera esa etapa, recibirá el “segundo aire” (aliento) que le permitirá culminar la carrera. Espera: Probablemente el verbo menos popular en el mundo actual. Queremos todo de inmediato. Vemos algo en venta en la televisión y lo queremos en nuestra casa esa misma tarde. Nos sentimos atraídos hacia alguien, y ya queremos tener sexo. Pero Dios sabe que hay bendición en la espera, en ejercer dominio propio y en aguardar con fe lo que esperamos.

“Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.” Santiago 5:7

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