Proclama la Palabra de Verdad

“¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.” Juan 14:10

Felipe le pide a Jesús que les muestre al Padre, y Jesús le responde con otra pregunta: “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido?” Jesús luego afirma que quien lo ha visto a Él, ha visto al Padre. Jesús es Dios, pero no creo que se refiera a eso ni a que el Padre y el Hijo sean similares físicamente. Pienso que se refiere a la absoluta comunión entre los dos, causada porque Jesús habla, en obediencia al Padre, y éste hace las obras, es decir, hace que ocurra lo que Jesús habló. Pareciera que el Padre desea algo desde el cielo, Jesús lo sabe y por ende lo declara, y entonces ocurre en la tierra. Creo que Jesús nos está revelando un principio para traer Su Reino a la tierra y que se puede entrever en el verso 23: “… El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” Si bien es cierto y maravilloso que el Padre mora en Jesús, también es cierto y maravilloso que si tú amas a Dios y guardas su Palabra, Dios se mudará a ti y morará en ti. ¡Impresionante! Entonces sucede algo maravilloso: Si declaras la Palabra de Dios según la dice el Padre, el Padre que mora en ti hará las obras. Por eso Jesús dijo más adelante: “El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre.”

¿Quieres ver milagros en tu vida y en las de otros a través de ti para traer Su Reino? Bueno, empieza por creer en Jesús y guardar (atesorar, valorar, priorizar) su Palabra. Eso hará que el Señor mismo se mude a ti. Una vez esto ocurra, ora y busca en la Palabra de Dios Su guía a través de las citas que se apliquen para las situaciones y retos que enfrentas. Lo que estás haciendo es ponerte de acuerdo con Dios declarando Su Palabra sobre las situaciones. Por ejemplo, si tienes miedo de ser atacado de algún modo, profetizas que Dios es tu escudo y tu fortaleza (Salmos 28:7) y que ningún arma forjada en tu contra prosperará (Isaías 54:17). Si tienes escasez, proclamas que Jehová es tu Pastor y que nada te faltará (Salmos 23:1); y si un hijo se te descarría, declaras que es una oveja del Padre y nadie lo podrá arrebatar jamás de la mano de Dios (Juan 10:29). Si alguien está enfermo, declaras que por la llaga de Cristo es curado (Isaías 53:5), y si buscas pareja confiesas que “no es bueno que el hombre (o mujer) esté solo (Génesis 2:18)

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Mateo 24:35

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